JOSÉ O ESPOSO DE MARÍA
Manuel Fernando Sousa e Silva
Editado en Marzo de 2015
Paulinas Editora
Este libro de 253 páginas
sobre San José está escrito en Portugués y dedicado al Papa Francisco que nos
enseñó con su ejemplo y palabra a vivir una devoción filial a San José. El
inauguró su Pontificado un día de San José.
Cuenta como el Papa
Francisco trajo de Argentina una imagen pequeña de San José que acostado
duerme, pero al mismo tiempo escucha a Dios y cuida de la familia. Cuando
Francisco tiene un problema, escribe un billetito y lo mete debajo de San José.
Con este gesto le dice: “reza por este problema”.
La intención del autor es
que crezca en nosotros el conocimiento y admiración por San José.
Va recorriendo la vida de
este santo apoyado en los pocos datos que tenemos de los que saca mucho
partido.
Cuando habla del
nacimiento de Jesús considera la mentalidad de la época; veían en un niño que
nace, no sólo dos brazos que van a ayudar en la economía de la casa, sino una
señal de las bendiciones del Señor.
Luego comenta y compara lo
que hicieron José y María con lo que hacemos nosotros ahora, por ejemplo la
importancia del nombre del niño, o el hecho de circuncidarlo a los ocho días de
nacer.
En un comentario a sus
desposorios con la más hermosa novia de siempre, comprende que no sepamos más
detalles que nos gustaría conocer pero, dice, si Dios no los quiso poner es
porque no nos hace falta y son también una invitación a que intentemos penetrar
humildemente estos misterios.
En otro lugar explica cómo
llamó Dios a San José y a María; y cómo ahora hace Dios las propuestas
vocacionales. No siempre es igual y sobre este tema incide en más ocasiones a
lo largo del libro y muestra claramente que “Dios no se engaña cuando nos
llama”. Los pasos hacia la vocación son: virtudes humanas, oración y mediación
humana.
El autor de vez en cuando
pone comentarios sabrosos como que la Virgen tuvo una vida real muy cercana a
las nuestras con las mismas alegrías y dificultades. Cuidaba de su presencia
con esmero femenino, porque tenía conciencia de que era Templo de la Santísima
Trinidad (Pág. 421).
El señor Sousa entrecruza
las vidas de José, María y Jesús. Se para en el parecido de Jesús con su Madre.
Verle a Él, era ver a María.
Presenta a José enamorado
de María y admirado por sus palabras y por su belleza virginal. Imagina cómo
José y María debieron contribuir a la educación humana de Jesús.
También reflexiona sobre
la respuesta a las gracias de Dios, tanto de José como de María. Hace ver como
el enemigo a nosotros no nos tienta a decir “no” sino “después” y así nos
debilita nuestra generosidad.
Debemos pedir, por
intercesión de la Virgen fiel, la gracia de la prontitud de hacer lo que Dios
quiere de nosotros. La Virgen por medio de cada uno sigue diciendo “fíat” y
haciendo bien a los necesitados de ayuda.
Pone una bonita imagen
para explicar cómo hay que responder: “no basta abrir la puerta de la cárcel a
un prisionero, es preciso que él quiera salir y que, de hecho, salga”.
Hay otras muchas
observaciones muy provechosas: el comentario al Magníficat frase a frase, el
matrimonio ejemplar de María y José, cómo superar las contrariedades, sobre el
trabajo, etc.
Al final hace una
magnífica selección de textos pontificios sobre San José, especialmente de
Benedicto XVI y del Papa Francisco, que iluminan poderosamente su vida de
entrega y de familia.
Víctor Manuel Sánchez Lado
Párroco de San Cayetano
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