Esta vez había un grupo de Andalucía, entre los cuales una joven hizo de traductora al inglés para un chico joven australiano que no dominaba el español. Estaban dos italianas, un argentino, dos polacos que hablaban bien el español y otros.
Sin embargo la mayoría decía que había sido una experiencia profunda. Los que vinieron de Portugal comentaron la tranquilidad del Camino portugués que se parecía a la vida ordinaria.
Prometimos a los polacos de vernos en Varsobia dentro de tres años, en la JMJ del año 2016. Se alegraron de nuestro interés por ir a ver su país y encontrarnos con el Papa y la juventud de todo el mundo.
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