Catedral. |
Fui a celebrar un cumpleaños de un amigo. Ida por vuelta. Allí
se llega en dos horas, se puede estar un buen rato y aun se regresa a tiempo de
hacer cosas a la vuelta.
El panorama era como una continuación de Galicia. Mucho verde,
casas salpicadas aquí y allá, niebla por zonas y lluvia menuda. Luego, a la
tarde, mejoró el tiempo e incluso asomó
el sol.
Tiene una bonita catedral, en un entorno tranquilo, en donde encontré una imagen de
Santiago el Mayor. No hay que olvidar
que estuvimos unidos en el Reino de Galicia en otros tiempos.
La puerta de la
misericordia estaba muy adornada como se ve en la foto y en la capilla del
Santísimo hay un hermoso sagrario de plata.
Hay calles y plazas todavía antiguas y bastantes casas o
iglesias con azulejos en las fachadas, cosa
típica en Portugal.
Me llamó la atención una iglesia, San Joâo do Souto, la más antigua de la ciudad.
Cuando nos acercamos
vimos gente que entraba y salía, y al entrar nos dimos cuenta por qué. Es una
iglesia que está abierta con el Santísimo expuesto las 24 horas del día y todos los días del año. Es
una capilla de adoración perpetua. Allí también rezamos nosotros un ratito. Estaban
de rodillas unas 30 personas en actitud de oración.
S. Joâo |
La custodia estaba sobre el altar mayor, con hermosos candelabros a cada lado y
abundantes rosas blancas ante el altar y en el retablo. Se veía amor.
En Braga hay muchos sitios para comer. Nosotros fuimos a un restaurante
de comida casera, con poca luz y adornos con antigüedades, ambiente familiar y con una música suave de fondo y bien
atendidos.
En fin, un día lleno como para dar gracias a Dios y a María.
Ahi vive nuestro anfitrión, D. Jesús. |
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