No se trata de un árbol caído, sino que un coche se enzarzó
en sus ramas y lo rajó, quedando tirado. Como dice un amigo mio en un castellano que no está recogido en los diccionarios, quedó esmangoletado.Luego los empleados de parques y
jardines lo remataron.
Asi era nuestro árbol |
Fue en el parque de S. Cayetano. La nota de defunción la dio el Correo gallego
pues puso la noticia en sus páginas. El velatorio se lo hicieron algunos vecinos que
estaban detrás del difunto en unos
bancos cercanos, quizá comentando las virtudes del difunto.
Murió en el silencio y los demás árboles no dijeron nada,
alguno tiró unas pocas hojas verdes al suelo,
quizá
en señal de duelo y otros, al
otro lado de la calzada, están llorando.
Son sauces llorones que tienen por oficio y naturaleza compadecerse y llorar.
Flores no he visto, tal vez ya no se estila entre los hermanos árboles ese
detalle.
Este árbol seguramente vio pasar por delante a Franco
pues es de los años 70, y le defendía de
posibles atentados, eso decían, pues
tapaba muy bien la carretera. También vio
pasar a dos Papas, Juan Pablo II y Benedicto XVI y a muchos peregrinos que van y vienen por esas aceras.
Al lado de la carretera, el velatorio. |
Benedicto XVI hizo una afirmación audaz pues dijo que los
árboles son Palabra de Dios. Desde luego son hechura de Dios y a Él le gustan y
para nosotros son muy provechosos. Y también a su manera nos hablan.
De los árboles nos vienen muchos bienes, son una bendición:
De su madera se hacen los bancos y los
armarios y otros muebles. En algunos sitios se cuece el pan con su madera o
se calienta la casa cuando se queman en las
lareiras o estufas. También nos dan su sombra y nos alegran con su belleza
y nos hablan de un Dios que piensa en
todo para nuestro bien.
Esto nos plantea a nosotros si también somos una bendición.Si de nosotros surgen muchos bienes para los que nos rodean o nos conocen. Si hablamos de Dios, al menos con nuestras obras. Hay que dejar lo que nos inhibe, el ego, y ya no vivir para nosotros mismos sino para los demás.
Esto nos plantea a nosotros si también somos una bendición.Si de nosotros surgen muchos bienes para los que nos rodean o nos conocen. Si hablamos de Dios, al menos con nuestras obras. Hay que dejar lo que nos inhibe, el ego, y ya no vivir para nosotros mismos sino para los demás.
Árbol del parque, gracias por tus servicios prestados .
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