Una tarde estaba una señora sentada en el atrio con su
perrito suelto, pasé a su lado y el perrito se acercó a mí con ganas de jugar,
pero no le hice mucho caso, poco después volví a pasar y le pregunto a la
señora por el nombre del perro y , con una
carcajada , me dijo que se llamaba Rosiña. Le notaba que se entendían
bien y que Rosiña le hacía mucha compañía.
Luego estuve pensando que de este perro se puede aprender a vivir con alegría y a contentar a los demás. En general de los perros tengo varias anécdotas bastante elocuentes. Un marido me decía: cuando llego a casa se alegra más mi perro que mi mujer. Otro que le pregunté qué tal se portaba el perro me dijo, mejor que yo, pues me obedece a la primera y hace lo que le mando sin poner mala cara, cosa que yo no hago con Dios.
Ya el Señor dice en el Evangelio respecto a aprender de los animales: sed prudentes como las serpientes y sencillos como las palomas. Desde luego las serpientes aprovechan los escondrijos y protegen la cabeza como lo más decisivo. También nosotros hemos de proteger la cabeza teniendo buenas ideas, reflexionando y guardando con esmero los sentidos
Y de la paloma Jesús nos dice que aprendamos la sencillez. No les da apuro no tener defensa, únicamente escapan del peligro. Además se confían al que le da de comer y las trata bien.
Desde mi casa veo a veces a las gaviotas que se mezclan con las palomas. De ellas se puede aprender el señorío con que se visten y se mueven.
También se ven gorriones que a pesar de que valen poco, Dios los cuida como dice también el Evangelio y nosotros valemos más que los gorriones y por tanto confiamos que Dios nos cuidará más.
Podríamos hablar de otros animales como el buey y la mula
que ponemos en los belenes, o del pastor y las ovejas…
Pero y los animales que nos atacan ¿?. Pregunté una vez a dos seminaristas que estudian teología y me dijeron que son dañinos como una de las consecuencias del pecado original que trastocó muchas cosas.
También podemos aprender de los árboles, Jesús, en concreto,
dice: aprende de la higuera, y el mismo
Benedicto XVI dice que los árboles son palabra de Dios. Podíamos pensar que nos
enseña el camelio o la mimosa etc.depende de que pongamos un poco de imaginación.