domingo, 30 de marzo de 2025

Impresiones sobre el congreso de Zaragoza

 

Zona nueva de Zaragoza, cerca está el seminario.

Hubo durante dos días un congreso en Zaragoza con motivo de los 100 años de la ordenación y primera Misa de San Josemaría Escrivá.

Asistimos unos 150 sacerdotes de toda España y también seminaristas. Había algunos laicos y familias.

                                                            un aspecto de la sala de conferencias            

Dio unas palabras de bienvenida el Sr. Arzobispo de Zaragoza Mons. Carlos Escribano, comentando la solicitud de la Iglesia por los sacerdotes y considerando al Opus Dei como un regalo de Dios para  la Iglesia y para el mundo. Tuvo a continuación, una charla el historiador D. José Luís González Gullón  que contó, con detalle y documentos,  los primeros años de S. Josemaría, su vocación sacerdotal y sus estudios y ordenación en Zaragoza.

Otra conferencia corrió a cargo de un cardenal chino Mons. Lázzaro You, diciendo, entre otras cosas, que la vocación a la santidad es de todos y esta  santidad hay que buscarla de manos de la Virgen y es un misterio de comunión con Jesús en la cruz y resucitado. Habló en italiano y  fue traducido por un joven sacerdote.

También tuvo una hermosa conferencia D. Fernando Ocáriz que habló con mucho detalle de la Eucaristía y el sacerdocio. El sacerdote actúa en el nombre y en la persona de Cristo que se pone en sus manos.

  una zona del Palacio de Congresos.

 Luego explicó como el sacerdocio  está ordenado a la eucaristía, que es centro y raíz de la vida del cristiano, a su vez es el principal medio de santificación y de ella brota toda la actividad del sacerdote. Afirmó así mismo y explicó que la eucaristía es una escuela de vida y de amor y ayuda a convertir toda la actividad humana en culto a Dios.

Hubo una mesa redonda en donde Estéban Aranaz que lleva unos 10 años en China ejerciendo la labor sacerdotal en Shanghai. Explicó su experiencia  de atención a la comunidad hispanohablante y portuguesa y terminó diciendo que pensaba seguir ya que “me siento chino”. Participaron con sus testimonios otros dos sacerdotes más que contaron anécdotas bien divertidas.

 

Hubo dos misas concelebradas, una en el Pilar y otra en el seminario, y un encuentro abierto a todo el que quisiera, en el palacio de Congresos que tiene capacidad para 1.400 personas y que estaba repleto.