Cuando falleció, en
sus exequias, Mons. Echevarría destacó
su amor a la Iglesia:
“Al Padre le dolían las almas. Deseaba con todo el corazón
ver a la Iglesia Santa, nuestra Madre, amada y respetada en todo el mundo, rica
de hijos fieles y capaces de un gran afecto por el Romano Pontífice. Y sufría
cuando veía que en muchos lugares esto
no sucedía”.
Vittorio Messori comentaba, después de hacerle una entrevista, que “Era
verdaderamente un padre. Te entraban
ganas de confesarte más que de hacerle preguntas".
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