En dos exposiciones que tuve, estuvo presente la Beata Paula Gambara, y
cuando contábamos su vida mucha gente se sentía sorprendida e identificada con su problema y con las soluciones que adoptó. Por eso me
parece interesante darla a conocer con una breve reseña, pues puede ser útil para muchos. Al menos ilumina
algunos problemas matrimoniales.
Los seminaristas que lo explicaban decían que esperaban mucho de la beata Paula pues la hacían mucha propaganda.
Perteneció, como laica que era, a la tercera orden de S. Francisco. Se distinguió
por la paciencia con que soportó a su violento esposo, hasta lograr su
conversión. Su fiesta es el 24 de
enero.
Nació el 3 de marzo de
1463 en Brescia, cerca de Milán, de padres nobles y piadosos.
Con ocasión de su nacimiento la familia repartió ayudas a
instituciones benéficas y familias pobres.
A pesar de su tendencia a la vida de oración y recogimiento,
sus padres la dieron en matrimonio, siendo muy joven, al conde Ludovico Costa. Las
nupcias fueron principescas. Pronto tuvieron un hijo a quien llamaron Juan Francisco. El contexto nuevo era de lujo
y disipación.
Fue decisivo el encuentro con el beato Angelo Carlatti,
franciscano a quien confió su alma y se dejó aconsejar por él.
Volvió a la vida interior y de oración, pero lejos de refugiarse
en la huida o desprecio del mundo para hacer penitencia, se comprometió a vivir
su conversión permaneciendo en el mundo frívolo que le rodeaba y en medio de
gente de su clase y condición.
El esposo no la comprendía y se volvió más soberbio, avaro,
duro y disoluto. La maltrataba humillándola y también físicamente.
Llevó, el esposo, una
amante para casa, pero ella no se resignó, sino que reaccionó como amante esposa
preocupada de salvar a su marido.
Pasado el tiempo, la
amante enferma y la ayuda a bien morir, en paz con Dios. Luego también salva a su
marido.
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