Mons. Julián Barrio se acercó por la Casa de Ejercicios en donde están teniendo lugar las Jornadas nacionales
de ANFE. Estuvo presente a una de las charlas y luego tomó la palabra para
dirigirse a las adoradoras.
Invitó a las adoradoras
a que, si quieren perseverar con felicidad, vayan de la visible a lo
invisible.
En frase gráfica
les dijo: que fueran como una zarza ardiendo,
que iluminen al mundo que les rodea.
Les confió que a
veces es difícil respirar, pero que
ellas han de hacer una cultura a través de la contemplación. Han de ser un
mensaje de esperanza.
L a Adoración es una realidad
hermosa, pero no han de ir por libre sino pegadas a la liturgia y que esa adoración os sirva para recorrer el
camino de la santidad. Santidad que
es necesaria para cuidar de los demás que lo necesiten. Necesitamos ser acompañados.
Puso un hermoso ejemplo: Hay que ser puente que toque en las
dos orillas, la orilla de Dios y la orilla de los hombres.
Después de estas breves e intensas consideraciones, fue la comida de hermandad y la foto de
familia.
Todavía les queda a las adoradoras una noche de vigilia ante el Santísimo,
para marcharse mañana , viernes, a sus lugares de origen con la mochila cargada
de buenos planes y propósitos.
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