En una ocasión, un joven con su hermano pequeño se acercó en
un domingo a la sacristía a ver al párroco.
Traía a su hermano para apuntarlo para
la catequesis. Había que prepararlo para la Primera comunión.
Fue sincero, pues dijo que había hecho la Primera comunión y que
no volvió más a la iglesia.
Entonces el párroco tuvo la inspiración de decirle: ¿y tú que
dirías de un joven que se casa y a la semana siguiente se va de casa y abandona
a su mujer?
Se quedó pensativo.
Le puso el párroco otro ejemplo: es como si te matriculas en
la universidad y a la semana siguiente, dejas de ir a clase , ¿qué pensarías de ese joven?.
Al final no sé qué sería de aquel joven, pero estoy seguro
que aquella conversación le hizo pensar y,
quizá, tomar alguna decisión positiva.
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