En el mundo, hay muchos lugares para ir, tarde o temprano, y el lugar más hermoso es el lugarde peregrinación, porque hay un regalo especial de Dios.
Como todos sabemos, hay tres lugares principales de peregrinación en la Iglesia Católica, Jerusalén, Roma y Santiago. Este año tuve el privilegio de pasar el verano pastoral en Santiago, y me alegró mucho ser invitado por el personal de la Oficina del Peregrino a trabajar allí, a vivir su alegría y parte de su fe con los peregrinos.
El camino de peregrinación, es un camino de evolución del alma, es el viaje de los peregrinos para encontrar tesoros en lo profundo de sus corazones y finalmente sentir la santidad y la abundancia en sus corazones. Una peregrinación generalmente expresa dejar la vida cotidiana y concentrarse en experimentar a Dios, lo que me recuerda a una peregrinación en la Biblia, en la que el protagonista es un Jesús de doce años con sus padres.
Así como la Sagrada Familia va a Jerusalén según la costumbre, y la experiencia de Jesús es que el Hijo debe quedarse en la casa del Padre, aunque la Biblia no menciona los sentimientos de la Virgen y José, pero esta experiencia es como el camino del peregrino.
Creo que a medida que los peregrinos experimentan diferentes experiencias de fe como en el camino de Santiago, experimentan diferentes caminos de fe.
Yo no he andado el camino que ellos han andado, para mí puede ser agotador el camino de 50 kilómetros, las penurias del camino, el calor, la lluvia, el viento fuerte, las montañas y el agua...me quejaré , estas son todas las cosas que pueden suceder durante el viaje .
Están preparándose para la credencial de peregrinos, buscando una casa para los peregrinos, contactando a sus compañeros para ir juntos, y guiándolos según las señales de Santiago en el camino. Quizás la peregrinación no cumpla sus deseos, pero pueden deshacerse de ellos. El yo superfluo, dejando el yo más auténtico, y experimentar el crecimiento de la fe en el camino.
Una experiencia especial que comprende el corazón de los peregrinos, espero la llegada de los peregrinos al final del camino de Santiago, muchos parten de Saint-Jean-Pied-de-Port, en Francia y atraviesan los Pirineos；recorren Navarra y pasan entre bosques ; por supuesto por la cálida meseta de León. Son de diferentes países, además de españoles, franceses, italianos, alemanes, africanos, americanos, filipinos, japoneses, coreanos, singapurenses y chinos.
Siempre que llegan a la plaza del lugar de peregrinación, reaccionan gritando, cantando, bailando, abrazándose, y no falta su adoración a Dios, o su oración interior...
Usan la forma de caminar para crecer en su fe. Esta creencia es una religión, un sueño, un anhelo de vida y todo. Que todos encuentren su fe interior en la peregrinación.
Enbo Liu
Seminarista en el Seminario internacional Bidasoa (Pamplona)
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