La Nochebuena la celebro cenando con un sacerdote amigo
que me invita todos los años a su casa. Al terminar de cenar y de charlar un
rato atravieso la ciudad a pie.
Me gusta hacerlo así. Las calles están desiertas, la iluminación de la ciudad está en su plenitud y el silencio que envuelve la noche me encanta.
Me gusta hacerlo así. Las calles están desiertas, la iluminación de la ciudad está en su plenitud y el silencio que envuelve la noche me encanta.
Voy mirando para
las ventanas y tratando de escuchar. Veo luces encendidas, pero no oigo cantar
villancicos ni hablar. Me gustaría oír esos cantos en el templo de las familias,
pero por más que escucho no oigo nada.
Las luces de la ciudad me hacen decirle al Niño que son
por él, que quisiera hacer tantos actos de amor como luces se ven por todas las
calles y que aunque muchos no lo sepan todo se hace por su nacimiento que fue y
es una gran luz para todo el mundo.
Te pongo aquí resumidas algunas tradiciones que yo conozco, alguna de las cuales practiqué en mi
casa cuando era niño y joven.
Conocí a un señor, que ya murió, que se llamaba Domingo.
Como santo Domingo de Guzmán. Este Señor cuando estaba ya de sobremesa de la
cena, cogía el teléfono y marcaba cualquier número, el que le salía, y se ponía
a hablar con el que le cogía, felicitándole las Nochebuena.
Me contaba que a todo el mundo le caía bien y se contaban
mutuamente, lo que estaban haciendo en
ese momento. Resultaba divertido. Quizá Domingo lo sabía hacer con estilo.
Desde luego la
cena ha de ser distinta, especial para ese día. Lo mismo la mesa, hay que
sacar las bajillas de lujo y hacer lo mismo con los manteles, quizá unas pocas flores. Las
camelias ya empiezan a florecer aquí en
Galicia y quedan muy bonitas.
Con los hijos se puede hacer una partida de cartas que siempre
es divertida, quizá la brisca muy popular y fácil.
Hay que inaugurar el Belén con una bendición que puede
dar el padre de la casa, la inventa como le salga, y leer un trozo de San Lucas
en que se narra el nacimiento del Niño
Dios. Él ha de ser el protagonista de toda la fiesta, es su cumple y hay que festejarle.
Sé de una casa en que vive una persona sola y cuando pone la mesa de ese día, le pone un platito para el Niño con su sillita y unos cubierto pequeñitos. Hay que tener un poco de imaginación.
Sé de una casa en que vive una persona sola y cuando pone la mesa de ese día, le pone un platito para el Niño con su sillita y unos cubierto pequeñitos. Hay que tener un poco de imaginación.
También es una buena noche para contar recuerdos de
familia que a lo mejor los hijos desconocen y esa es una magnífica ocasión para
contarlos pues es un momento de intimidad. Así los niños y jóvenes ven que tienen historia.
Ya después de la
cena pueden cantarse los villancicos conocidos de todos y los cantos preferidos
de cada uno, aunque sean profanos. Los solistas son también muy celebrados.
Yo cantaba una canción que se titulaba En un puerto del sur, o al menos
empezaba así con esas palabras. Luego los demás, incluidos los padres, también
hacían honores a su canción preferida que a veces ya pedíamos todos.
En Méjico hay una bonita costumbre que hice alguna vez. Es
tener unos papelitos con una palabra de lo que hay en el belén. Las pajas, el pesebre,
el buey, la mula, el Niño, la estrella
etc. Se sortean y cada uno lo interpreta para sí o se lo interpretan los demás.
En una ocasión le
tocó la mula a una persona del grupo y la interpretación fue muy bonita. La mula
es un animal con fama de terco, pero es trabajador, dio calor a Jesús en Belén y seguro que recibiría las caricias de
S. José.
Feliz Nochebuena y Navidad.
NOTA:
una persona de la parroquia cuando leyó esto me dijo, en conversación, que en su casa, desde muchos años antes, tienen - lo siguen haciendo - esta costumbre: el día de Nochebuena y el de Navidad se ponen, debajo del mantel, dos pajas en forma de cruz, significando las pajas de Belén y también la cruz que ya empieza para Jesús en el mismo pesebre.
NOTA:
una persona de la parroquia cuando leyó esto me dijo, en conversación, que en su casa, desde muchos años antes, tienen - lo siguen haciendo - esta costumbre: el día de Nochebuena y el de Navidad se ponen, debajo del mantel, dos pajas en forma de cruz, significando las pajas de Belén y también la cruz que ya empieza para Jesús en el mismo pesebre.
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