La Academia y Residencia en la historia del Opus Dei (1933-1939)
Autor: José Luís González Gullón. Edit. Rialp 2016, 559 pgs.
Este es un libro histórico y es una preciosa historia de una
academia para universitarios en Madrid, que luego pasó a ser
academia-residencia.
Es un relato de 6 años de vida como dice el subtítulo aunque
los 3 años de la guerra estuviera
cerrada. Se trata de una gran experiencia que luego se transportó a muchos países , ya con nombre nuevos y como
colegios mayores o residencias.
Al coger el libro en
la mano me parecía imposible que se pudieran escribir tantas páginas sobre los
avatares de una academia y en tan pocos años, pero luego al leerlo se ve que
hay mucho y muy substancioso que contar.
También pensé – un prejuicio-
, que quizá sería un buen libro para personas interesadas con la labor entre universitarios o relacionadas con el
Opus Dei, pero llegué a la conclusión que es un relato sincero, con muchos
datos, con experiencias válidas para cualquier persona que quiera hacer algo
por Dios y que se encuentra con las naturales dificultades y problemas.
En ese libro se encuentran muchos temas: los primeros pasos
del Opus Dei, la personalidad carismática de S. Josemaría. La situación de
España y de la universidad. Los jóvenes, los pobres y enfermos etc. También se
cuenta como fue la gestión de la
academia, tanto económica como formativa
etc.
Yo solo me fijé, en esta reseña, especialmente en las cosas
que me llamaron la atención, aunque todo se lee con muchísimo gusto. En la
presentación que hace el autor, se
encuentra un magnífico resumen.
Me llamó la atención que cuando se habla de la visita a
enfermos que hacía Escrivá y que aconsejaba a los jóvenes universitarios, dice
que ahí el Señor quiso que yo encontrara
mi corazón de sacerdote. Les llevaba luz y consuelo cristiano. Con esa luz
el dolor tenía un sentido y se llevaba de distinta manera.
Cuenta el autor como Escrivá trataba a todo tipo de personas, pero
jóvenes. Muchos acudían a él al ver la piedad y concentración que tenía en la celebración de la Santa Misa.
Apuntaba lo que según su parecer eran luces de lo alto y esas
notas contribuían a organizar las actividades apostólicas de la Obra y de la
Academia.
Las propuestas a los jóvenes eran sencillas y concretas: 1º
formación para facilitar el diálogo con Dios Padre. 2º, estudio bien hecho. En esto
insistía de muchas maneras y 3º el cultivo de las relaciones con sus
respectivas familias y amigos.
En la página 239 nos habla de cómo era la oración de Escrivá
en momentos de gran necesidad. Como le hablaba a Dios y le urgía, con confianza
de hijo, su ayuda. Eso le llevó al convencimiento de que lo más importante era
la celebración intensa de la S. Misa, la oración a Dios a través de Jesús y la
mortificación, aprobada por el confesor.
A lo largo del libro aparecen muchos nombres de estudiantes
y profesionales que frecuentaban la
academia y las diversas actividades formativas,
el apostolado epistolar, su
relación constante con la jerarquía a quien informaba de todo, los almuerzos
con invitados, la dirección espiritual, los apuros económicos,
la expansión a otros países etc.
Todo se lee con gusto y provecho y da
ideas apostólicas.
Por último, es de
notar como todo estaba impregnado del anuncio de la llamada a la santidad para
todos ,
sea cual fuere su puesto en la sociedad y con todas las exigencias de la
entrega, incluso en el celibato apostólico, si así Dios lo pedía, y siguiendo en
sus puestos, sin salir de su sitio.
Al principio
muchos no lo entendían, aun teniendo buena voluntad. Era una novedad
revolucionaría en la vida de los cristianos del siglo XX, aunque tenía el precedente de los primeros
cristianos.
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