lunes, 30 de abril de 2018

Estuvimos en Fátima



Fue un  viaje rápido, pero bien aprovechado. Habia peregrinos de Perú, Paraguay,  Uruguay y otros países. Iba con nosotros, en silla de ruedas, uu peruano llamado Genaro, muy bien cuidado por sus hijos y nietos. Muchos niños, con sus padres,  que nos alegraron con su presencia desenfadada

Salimos un sábado a las 8 de la mañana,  para llegar de vuelta el domingo a las 21 horas. Vimos un accidente a la vuelta,  en la autopista. Dos coches que patinaron sobre el  abundante granizo. Nada grave.

A la ida,  tuvimos meditación en el camino sobre el mensaje de Fátima.  Se trata de tener fe en la llamada de Dios a la conversión permanente y diaria. Luego oración y mortificación por los pecadores.

Tuvimos una parada de dos horas en Oporto para pasear por la ciudad desde lo alto, junto a la catedral. Cada uno se organizó como le pareció mejor. Algunos  fuimos a ver el puente de hierro  Eiffel, desde donde se domina el recorrido del rio Duero ya cerca de su desembocadura. Las vistas son espectaculares a ambos lados.

Llegamos a Fátima a las 4 de la tarde y fuimos directamente a Aljustrel, lugar en donde nacieron y vivieron los 3 niños que vieron y hablaron con la Ss. Virgen, la madrecita. 

Había varios grupos de visitantes. Era un ir y venir.. las casitas son humildes de una aldea perdida, pero bien cuidadas y restauradas,  que ahora son museos de recuerdos. Vimos muchos comercios y gente ávida de ver, y sacar fotos,  aunque me pareció que no se rezaba, tal vez lo hacían  interiormente.

Luego,  al hotel, recorrido por la explanada cada uno a su aire y Santa Misa en español. Aproveché ese recorrido para ir a la oficina de información para preguntar si había una oficina o comisión de milagros, pues en Lourdes la hay, pero me han dicho que no. Luego pregunté si  había milagros en Fátima y por toda respuesta  me regalaron una sonrisa, asi que me quedé con
las ganas de saber algo más.

Concelebramos, al lado del altar, 5 sacerdotes y un poco más abajo  unos 12 ó 15. Merece  destacarse el canto del Evangelio que llegó a nosotros con voz clara y contundente, perfecta. La letra era Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. ..

La homilía: ir a María pues  ella nos lleva a Jesús y Jesús nos lleva  de nuevo a su madre,  María. Dimos varios la comunión. Al terminar, ya en la sacristía,  nos pidió un representante del santuario que fuéramos a confesar, llevando el celebret que nos lo pedirían.

Al salir me encontré con Emilio de la Iglesia y su familia que conozco desde hace muchos  años . Son de San Cayetano pero están en otro lugar, al lado  de la costa. Fue una alegría vernos.

Una buena cena en el hotel y luego muchos fueron a disfrutar de la procesión de las antorchas que, para alguno de los nuestros, fue un momento de gracia y emoción hasta las lágrimas.

El domingo,  desayuno, paseo por la explanada, Santa Misa en el hotel presidida por D. Javier Izko. Nos habló de la actualidad que ha de tener   la vida cristiana, no basta sostenerse en pie, ha de correr y comunicarse con nosotros la gracia de Cristo que nos lleva a dar frutos de santidad. Como es biólogo,  explicó muy bien esto  con el ejemplo del árbol y de cómo se alimenta y se mantiene en pie y vive.

Después  nos despedimos de  la Virgen y fuimos a ver las  Grutas da Moeda, a pocos kilómetros de Fátima. Una   belleza  de la naturaleza, que gustó a todos.

En la vuelta a casa, algún testimonio, un rosario y una pequeña parada. Llegamos sanos y salvos. Gracias a Dios y a la madrecita, como dicen los peruanos.










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