Fue un viaje rápido,
pero bien aprovechado. Habia peregrinos de Perú, Paraguay, Uruguay y otros países. Iba con nosotros, en silla de ruedas, uu peruano llamado Genaro, muy bien cuidado por sus hijos y nietos. Muchos niños, con sus padres, que nos alegraron con su presencia desenfadada
Salimos un sábado a
las 8 de la mañana, para llegar de vuelta el domingo a las 21 horas. Vimos un
accidente a la vuelta, en la autopista. Dos coches que patinaron sobre el abundante granizo. Nada grave.
A la ida, tuvimos meditación en el camino sobre el mensaje de
Fátima. Se trata de tener fe en la
llamada de Dios a la conversión permanente y diaria. Luego oración y mortificación
por los pecadores.
Tuvimos una parada de dos horas en Oporto para pasear por la
ciudad desde lo alto, junto a la catedral. Cada uno se organizó como le pareció
mejor. Algunos fuimos a ver el puente de
hierro Eiffel, desde donde se domina el
recorrido del rio Duero ya cerca de su desembocadura. Las vistas son
espectaculares a ambos lados.
Llegamos a Fátima a las 4 de la tarde y fuimos directamente
a Aljustrel, lugar en donde nacieron y vivieron los 3 niños que vieron y
hablaron con la Ss. Virgen, la madrecita.
Había varios grupos de visitantes. Era
un ir y venir.. las casitas son humildes de una aldea perdida, pero bien
cuidadas y restauradas, que ahora son
museos de recuerdos. Vimos muchos comercios y gente ávida de ver, y sacar
fotos, aunque me pareció que no se
rezaba, tal vez lo hacían interiormente.
Luego, al hotel, recorrido por la explanada cada uno a su
aire y Santa Misa en español. Aproveché ese recorrido para ir a la oficina de información para preguntar si había una oficina o comisión de milagros, pues en Lourdes la hay, pero me han dicho que no. Luego pregunté si había milagros en Fátima y por toda respuesta me regalaron una sonrisa, asi que me quedé con
las ganas de saber algo más.
Concelebramos, al lado del altar, 5 sacerdotes y un poco más
abajo unos 12 ó 15. Merece destacarse el canto del Evangelio que llegó a
nosotros con voz clara y contundente, perfecta. La letra era Yo soy la vid y
vosotros los sarmientos. ..
La homilía: ir a María pues ella nos lleva a Jesús y Jesús nos lleva de nuevo a su madre, María. Dimos varios la
comunión. Al terminar, ya en la sacristía, nos pidió un representante del santuario
que fuéramos a confesar, llevando el celebret que nos lo pedirían.
Al salir me encontré con Emilio de la Iglesia y su familia que
conozco desde hace muchos años . Son de San
Cayetano pero están en otro lugar, al lado de la costa. Fue una alegría vernos.
Una buena cena en el hotel y luego muchos fueron a disfrutar
de la procesión de las antorchas que, para alguno de los nuestros, fue un
momento de gracia y emoción hasta las lágrimas.
El domingo, desayuno, paseo por la explanada, Santa Misa en
el hotel presidida por D. Javier Izko. Nos habló de la actualidad que ha de tener
la vida cristiana, no basta sostenerse en pie,
ha de correr y comunicarse con nosotros la gracia de Cristo que nos lleva a dar
frutos de santidad. Como es biólogo, explicó muy bien esto con el ejemplo del árbol y de cómo se alimenta
y se mantiene en pie y vive.
Después nos despedimos
de la Virgen y fuimos a ver las Grutas da Moeda, a pocos kilómetros de Fátima.
Una belleza de la naturaleza, que gustó a todos.
En la vuelta a casa, algún testimonio, un rosario y una
pequeña parada. Llegamos sanos y salvos. Gracias a Dios y a la madrecita, como dicen los peruanos.
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