Ocurrencias variadas
Fui hace días de compras y había una pequeña cola fuera del comercio.
Les pregunté a los que estaba a la cola si había alguien dentro y me contestaron: hay una señora que no sale, pero lo peor es que no quiere salir.
Entonces le comenté lo tan sabido del sordo que el peor sordo es el que no quiere oír.
Otra ocurrencia me la acaban de contar. Dos personas estaban, no enfadadas pero casi. Estaban mosqueadas.
Una de ellas para salir de la situación llama a la otra por teléfono y le pregunta: venden ahí zapatillas viejas. Esto rompió el pequeño distanciamiento, fomentado una sonrisa de complicidad amistosa.
Tengo también un amigo que le podríamos llamar el padre ocurrencias. Bueno, pues alguna de esas ocurrencias.
Llegó un día al comedor, la camarera, para servir la sopa, entonces uno que habla mucho y alto, preguntó ¿cómo está la sopa? Y éste le contestó, ten cuidado con la lengua. Esa frase podría interpretarse al gusto del consumidor, pero a mí me hizo sonreír.
En otra ocasión le preguntaron si había comido, y contestó con esta ocurrencia: bueno yo como un día si y otro no. Hoy no me toca.
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