Estos días
proliferan los belenes en distintos sitios. El belén de Conxo, el de Mallou (que lo renueva
constantemente), los belenes de la Catedral, san Fernando, S. Juan (que este año
lo harán los de la Cofradía de la humildad con gente de la parroquia) , S. Cayetano
(que tiene unos 30), el del Asilo de San Marcos etc. Gracias a Dios son muchos los que se hacen. Pero también son importantes los que se hacen en cada casa.
Aprecio en los belenes, el mensaje que nos dan. Quizá hay que descubrir, a fuerza de mirar, ese mensaje haciendo que las figuras hablen.
El año pasado entre los muchos belenes de S. Cayetano había uno que las señoras que los colocaron se atrevieron a poner. Era un belén sin Niño y sin S. José y la Virgen. Después tenía todo. Lo dejé estar pues era una buena imagen de aquellos cristianos que no tienen a Dios en el corazón, que lo han expulsado con sus pecados y por tanto su alma está vacía de Dios. Son los más pobres, aunque tengan millones de euros.
Hay que rezar ante el Belén hablando con las figuras, preguntar al Niño para que ha nacido, darle gracias a S. José y ayudarnos de la Virgen para tratar con cariño a Jesús y a no quejarnos de las contrariedades. Y luego nos quedan los Reyes, los pastores, los que se quedan en sus cosas sin ir. Todos tienen algo que decirnos.
Por último, hacer
el Belén en casa; se le puede dar un toque de originalidad si ponemos un poco
de imaginación y puede ser el centro de
nuestra casa en esos días. Feliz Navidad.
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