Esa frase me la envió alguien en un mensaje y me gustó. La repito de vez en cuando como una jaculatoria para unirme a nuestra madre, María, y tenerla presente a lo largo del día y de la noche.
El mes de octubre es el mes de María y es una buena ocasión para tener presente a la Virgen. La Virgen es como un GPS que nos orienta y nos lleva a puerto. Dios también interviene pues es Padre y piloto y con él estamos seguros de acertar y lograr lo que verdaderamente importa: la salvación.
A María la tenemos presente en el rosario. Contamos con su protección en ese trato. Y este mes, es una buena ocasión para profundizar en el uso de esa arma poderosa. Varios santos han dicho que un cristiano que no reza el rosario es como un soldado sin armas.
¿En donde se ve el rosario?
Si pensamos en nuestras raíces, lo vemos en nuestros abuelos que alrededor de la lareira (chimenea) a las noches, se reunía toda la familia para rezar el rosario todos los días.
Algunas personas lo llevan en el bolsillo e incluso lo guardan en la mano teniendo así como cogida la mano de María.
También en muchas iglesias las imágenes de la Virgen aparecen con uno o varios rosarios que le ponen los devotos en las manos.
Hay una costumbre de adornar las manos de los difuntos envolviéndolas en el rosario.
Rezar bien el rosario
Se reza bien si se piensa en lo que se dice, si estamos en diálogo con María, si pedimos algo en cada misterio o también ofrecemos todo el rosario por alguna intención. Es bueno contemplar los misterios de la vida de Jesús desde los ojos de María.
El rosario tiene el premio de las indulgencias. Si se reza en común tanto en casa como en la iglesia, tiene indulgencia plenaria cada día, que se puede aplicar por algún difunto.
La Virgen lo
ha pedido en muchas ocasiones y a ella le gusta que lo recemos y es una
respuesta a la crisis actual ya que nos confirma en la fe. Con esta oración contribuimos a una sociedad más
justa porque extenderemos el buen olor de Cristo.
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