Como ya he anunciado anteriormente, el Consorcio de Santiago tuvo a bien restaurar el tejado de la iglesia de S.Cayetano y reparar pequeños deterioros en las paredes y pintar.
Ahi los obreros estuvieron casi dos meses, y , ayer, día 28 de febrero, ya se llevaron los andamios y pude sacar unas fotos, disfrutando de la obra hecha.
La parroquia agradece mucho al Consorcio la atención que ha tenido con nosotros. y también a las empresas que actuaron con todo detalle.
Este año era muy propicio para hacer estas obras pues se cumplen los 50 años de la parroquia y además estamos cerca del Año Santo y S.Cayetano es paso obligado para los peregirnos del Camino inglés, que en este momento es muy frecuentado.
Aquí tenemos un voluntario que pasa toda la mañana sellando y con la iglesia abierta para atender a los que pasen.
Se taparon unas grietas en la espadaña y en la bola de piedra que le da remate. La Cruz se habia oxidado y amenazaba romper la piedra.
En la fachada hay tres escudos. Uno se corresponde a la cruz de los teatinos que había fundado S.Cayetano. Es una cruz tosca sin crucifijo y coronada. Allí está escrito el nombre de los fundadores de la iglesia y la fecha de su inauguración, el año 1701.
Hay otro escudo que es de los fundadores de la iglesia y, ya en la espadaña, hay un tercer escudo hecho de dos cruces, una grande y, dentro de ella, una pequeña.
Es un símbolo de la cruz de Cristo y de la nuestra, la nuestra es la pequeña que unida a la de Cristo tiene valor salvador. Con la suciedad se veía poco, pero, ahora que la limpiaron, reluce perfectamente.
Detrás de la iglesia hay una hornacina con una imagen de la Virgen , en piedra, es obra del escultor santiagués Fernando García Blanco que quiso hacer unaVirgen Guapa y ofreciendo al Niño.
Fue bendecida por Juan Pablo II en su viaje a Santiago y que tiene una inscripción que dice, Protégenos, sonrienos, guárdanos, bendícenos. Esa es la petición que los felifreses de esta parroquia hacen a la Virgen.
sábado, 29 de febrero de 2020
martes, 25 de febrero de 2020
Devoción a San José
Para hablar de S. José me sirvo de dos imágenes del santo
una de Torreciudad y la otra de una iglesia rural de Galicia.
En la primero está s.
José llamando a una puerta de una
vivienda; está con cara de preocupación. Tal vez recibió varias negativas a la
petición de posada. Pero él insiste en poner todos los medios humanos a su
alcance.
Fuera le espera la Virgen María que con la mirada sostiene y
anima a que José no desista. María está sentada en un borrico. El camino era
largo y está cercana a dar a luz.
El borrico es señal de que no están tan mal. En aquellos
tiempos era un signo de estar bastante bien, igual que ahora el tener un coche
barato es señal de un cierto nivel de vida. José, además, es un buen
profesional, bien conocido y considerado, que cobraría lo justo a sus clientes.
En la otra imagen, aparece
S. José con el Niño ya crecido.
Ya se lo podía ir enseñando algunas cosas, quizá ya pasó el tiempo en que
sentado en el suelo en el taller , jugaba con los virutas, bajo la atenta mirada
de María.
Era una familia normal. Estaban muy unidos, inseparables y con
grandes virtudes humanas que hacía atractivo su indudable amor a Dios.
S. José tenía la tarea de educar a Jesús en lo humano. Le
daría explicaciones de cómo hacer un buen trabajo, como guardar las
herramientas con orden y el modo de
tenerlas a punto para el trabajo del día siguiente. Y otras cosas. Los
ejemplos caseros que luego en su predicación pondría Jesús, el amor a lo
concreto, seguramente lo aprendió de José.
Hay una hermosa oración de preparación a la Misa que rezamos
los sacerdotes que dice así:
Oh feliz varón San
José
a quien se le concedió
no solo ver y oír a
Dios
a quien muchos Reyes quisieron ver y no vieron
y oír y no oyeron,
se le concedió además
llevarle, besarle,
vestirle y custodiarle.
Luego se le pide que a su imitación le sirvamos en el altar con un corazón limpio y con inocencia
en las obras…
José también nos cuida a nosotros que somos la
prolongación de Jesús, su cuerpo, y nos enseña a tratar a Jesús y María, en lo que él es un maestro que nos puede
enseñar mucho.
Amemos a José, acudamos a él para todo. Consigamos hablarle de lo que nos pasa y
experimentaremos su ayuda para hacer bien la voluntad de Dios.
sábado, 22 de febrero de 2020
Los milagros del amor
Un día, hace algún tiempo, estaba con un amigo y como le vi
muy contento, le pregunté la causa de tanta alegría. Con toda sencillez me
dijo, “es que mi mujer, me quiere”.
El sentirnos queridos es fuente
de alegría, nos pueden costar otras cosas, pero la alegría, a pesar de todo, abunda en
nosotros.
Lo mismo nos pasa en el aspecto espiritual. Cuando nos sabemos
profundamente queridos por Dios, eso nos lleva a la alegría y aunque tengamos
tribulaciones no nos importa, porque Dios nos quiere. Los mártires iban al
suplicio con alegría, a veces cantando.
Quizá sea por eso que
en la Palabra de Dios aparece tantas veces la declaración del amor de Dios por
nosotros.
Crucero de Fisterra |
También creo que el éxito de tener la cruz a la vista en tantos
sitios, es para recordarnos el amor de Dios,
que está por encima de todo lo que nos pueda suceder. Yo podré ser malo, pero Dios me ama.
Como dice S. Pablo, en una de sus cartas, a veces vemos el amor de Dios y otras no lo
vemos pero creemos en ese amor.
viernes, 21 de febrero de 2020
Confesar los pecados
Jesús perdonaba los pecados a los que se le acercaban y
sigue haciéndolo a través de la historia, con el sacramento de la confesión que nos
limpia por dentro.
Hace pocos días, un
voluntario, fue a una zona de la iglesia de S. Juan que casi nunca se va y que
da a una reja de la calle y estaba llena de palos, papeles y otros restos.
Llevó una gran bolsa
que llenó de aquellos restos y con ella, todo al contenedor.
En la foto se ve lo bien que quedó, aunque falta
ver como estaba antes, pero después de 25 años ya os podéis imaginar.
Así es la confesión. Los pecados se van acumulando y nos pesan y
afean aunque estén ocultos, pero, con la confesión bien hecha, desaparecen por la fuerza del perdón de Dios,
y parecemos, y somos, otros.
jueves, 20 de febrero de 2020
DOMINGO II.-CUARESMA .-A.- Comentario. para el 8-marzo-2020 (Mat.17,1-9)
Después de haber superado Jesús las tentaciones del Desierto por la fuerza de la Palabra, hoy se nos adoctrina sobre el camino hacia la Tierra Prometida. Incierto para Abrahán por la meta, pero cierto por su Fe, que le servirá como Bendición (Gn.12,1-4a).
Jesús hoy en su camino con sus discípulos
predilectos sabe la meta a donde los lleva y quiere
que no duden de que Él es el Hijo amado del Dios Padre (Mt.
17,1-9) a quien hay que escuchar siempre y seguir.
Pongo diversos subrayados para
que nos fijemos en los detalles del texto que tienen mucha
importancia para no caer en la superficialidad de su lectura, ya que es algo
que nos interesa personalmente, por lo que afecta a nuestra vocación
personal.
El Señor parece que descubre que los
apóstoles no tienen todavía una mentalidad Pascual, “seis
días después” de la Confesión y primado de san Pedro, con lo que esto significaría
cara al futuro de la Iglesia y de la doctrina sobre la Fe, los lleva al Monte
para que adquieran una mirada diferente sobre las cosas, la
historia y los acontecimientos. Moisés y Elías se les
aparecen; que también habían subido al monte en sus tiempos.
La Transfiguración no deja de ser
un Misterio.¿ En qué consistió?... Lo cierto es que nació, creció y
quiere que se afiance esta nueva familia que empieza ya entre ellos a ver las
cosas de un modo nuevo y positivo, pero con serias dificultades a superar todavía
¿De qué parte me pongo yo? ¿De los que
ven las cosas de Dios de un modo positivo y esperanzado, y emprendedor o de un
modo negativo y corto de miras y pesimista?.. Lo que quiere el Señor es que nos
lancemos decididos en su seguimiento, soñando con sus planes, con fe firme.
San Juan Pablo II, en un Discurso
en la audiencia general, 27-V-1987, dijo: “La voz que escuchan
los tres Apóstoles durante la Transfiguración en el monte, (identificado por la
tradición como el Tabor), confirma la convicción expresada por Simón Pedro en
las cercanías de Cesárea de Filipo (Mt.16,16). Confirma en cierto modo <desde
el exterior> lo que el Padre había ya <revelado desde
el interior>. Y el Padre, al confirmar ahora la revelación
interior sobre la filiación de Cristo (Éste es mi Hijo amado:
escuchadle), parece como si quisiera preparar a quienes ya han creído
en Él para los acontecimientos de la Pascua que se
acerca: para su muerte humillante en la Cruz.
Es significativo que mientas
bajaban del monte Jesús les ordenara: No deis a conocer a
nadie esta visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de
entre los muertos (Mt 17,9).”La teofanía de la Transfiguración del
Señor se halla así relacionada con el conjunto del misterio pascual de
Cristo.
La Transfiguración es un misterio. Su
explicación, algo así como que con “la luz” que Dios les dio,
vieron el “mismo ser de Cristo” de otro modo distinto: Etimológicamente: “Ver
más allá” de las formas o “ir más allá” con mirada más penetrante o convincente.
Así lo entiendo yo. (Mt. 17, 2)., ya que no solo el rostro, sino
también “sus vestidos se volvieron blancos como la luz”.
Ver las cosas de otro modo.
Esto es lo importante. Para los Apóstoles, ante las dificultades ante el
Misterio Pascual inminente y en los comienzos de la Primitiva Iglesia; y para
nosotros en los tiempos actuales, en las diversas situaciones de la Iglesia y
de la labor de apostolado.
Para ver las cosas con la debida
luz nos hace falta Doctrina y Oración, llamada y
respuesta. Sin ellas, la persona humana se hace tibia, perezosa, opaca
por el pecado:
Ante esto te propongo cuidar la lectura del
santo Evangelio y de algún libro espiritual.
P.ej.: DIOS HABLA BAJITO, Claves para escuchar a Dios, de José B. Cabaniña
Magide, que a mi me está gustando.
Simón David Castro Uzal sdavidcuzal@gmail.com
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