Ahora. a causa de la pandemia, casi todos los templos están cerrados y, al no poder ir, lo suplimos con hacer de
nuestra casa o de nuestra habitación, un
templo.
Muchas personas tienen en sus casas imágenes de santos o de
la Virgen y el crucifijo. Aunque la cruz tuvo un bajón en el pueblo.
Y sin embargo que bueno es mirar la cruz, con calma, sin prisas, viendo en ella las huellas del pecado y al mismo tiempo la salvación del mismo, a los que se arrepienten y con humildad lo reconocen.
Pero, viniendo a lo primero, las iglesias nos ayudan, y
mucho, a rezar; son lugares de oración, de encuentro con Dios, nos ayudan a escuchar
la palabra de Dios, en ellas todo nos
habla de Dios, hasta las piedras y nos ayudan a encontrarnos con Jesús y con
los hermanos.. por eso amo las iglesias.
Conocí un traumatólogo de Santiago que le encantaba ir a la catedral,
pero a lo hora en que se iba a cerrar , la gente marchaba y quedaba todo en un
gran silencio. Aquel silencio le ayudaba a este médico a encontrase a solas con
Dios, y así me lo comentaba.
Iglesia de S.Juan, un día de fiesta. |
Las catedrales, pero también las iglesias fueron hechas con
mucho amor y sacrificio. Cada piedra es una oración y cada ladrillo mira a
Dios.
Las torres nos indican el Cielo a donde estamos llamados. Son como un dedo , diciéndonos: mira para arriba.
La catedral de Santiago destaca por ser un lugar propicio a la oración. No es un lugar sólo de
curiosidad o de arte. Es de oración.
Cuantas veces he vista a gente arrodillada en los bancos,
recogida y en silencio, haciendo oración. Mucho tiempo antes de las misas ya hay
allí gente en oración.
Es cierto que también pasan turistas o amigos del arte, pero
desde luego muchos peregrinos que cuando
llegan después de varias jornadas caminando, no pueden contener su emoción y
lloran si pudor alguno.
Luego si se recorre con calma la catedral, se encuentra no solo el famoso Pórtico
de la Gloria que es fruto de la teología y la expresa en sus imágenes , también
hay capillas que envían su mensaje
propio, como la del Cristo de Burgos en
donde aparece además del Cristo en la Cruz, un san Pedro y el gallo que le recuerda su
debilidad, o la capilla de la Comunión con tanta historia en donde se plasman
en imágenes las virtudes que se refieren a Dios: la fe , la esperanza y la
caridad.
Allí está el Señor que es acompañado con la adoración durante el día.
Hay otras muchas capillas cada una con su encanto y mensaje.
Pero podíamos decir que no se puede marchar sin bajar a la cripta, en donde está
la urna con los restos del apóstol Santiago y sus discípulos, también santos, que son Anastasio y Teodoro. Uno sabía latín y otro griego y eran sus
traductores en las diversas comunidades por donde pasaba Santiago en su anuncio
de la buena Noticia de Cristo.
Siento un gran deseo de volver a las iglesias y entrar rezar
y dejarme envolver por el mensaje de cada una de ellas.
Una de las cosas que peor llevo del confinamiento es no poder ir a la iglesia. No por escuchar la Eucaristía, pero por sentir esa paz que no se alcanza en ningún otro lugar. Me encanta parar y entrar en las iglesias cuando paseo, cuando voy a trabajar, cuando salgo a algún recado... cinco minutos, en silencio y soledad... Esa paz no puedo encontrarla en casa.
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