rezando ante el coro |
Por primera vez asistía al entierro de una religiosa de
clausura del convento de las madres Mercedarias.
Concelebré con varios padres
mercedarios, D. Andrés, capellán del convento y algunos sacerdotes, entre los que me encontraba. Había también familiares de Arzúa
y conocidos de las religiosas.
Sor María inmaculada, nos dijo en la homilía el capellán, llevaba 25 años de vocación en este convento
de Santiago, era natural de Arzúa y pasó por diversos encargos a lo largo de este
tiempo.
Destacó por la humildad y espíritu de servicio. Lo grande de esta hermana
fue que respondió a la llamada de Dios con amor y generosidad.
Al término de la Misa, los sacerdotes entramos en clausura.
D.Andrés y D. Jaime |
La difunta estaba en el coro en un ataúd
blanco y que tenía flores blancas en su interior y unas ramas verdes, quizá simbolizando
la pureza y la esperanza. La relgiosa estaba con el hábito mercedario.
Luego fue el entierro en una cripta que está justo
debajo del altar mayor. Una religiosa recogió un poco de tierra en una bandeja
y se la dio al capellán que extendió encima del ataúd. Mientras se enterraba
cantamos la Salve Regina.
Que Dios la acoja y que pida por los que quedamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario