viernes, 3 de julio de 2015

Visité un geriátrico




Fui a visitar a un amigo sacerdote que está desde hace poco en un geriátrico. Este geriátrico  es una gran edificio,  con bonitos jardines y sombras, también con algún cuadro adornando sus paredes.  Lo vi  lleno de  gente de todo tipo,  con diversas necesidades.

A la entrada encontré una familia conocida de la que no sabía de su estancia en ese lugar. Estaban  en alegre conversación.

 Luego fui a ver a mi amigo que no me hizo mucho caso - no podía - y le di una bendición.  Ya ,   de rebote,  vi a otros dos sacerdotes que se encontraban allí y me los enseñaron las enfermeras. No me reconocieron para nada.

Salí de allí apenado y reflexionando sobre la vida. Desde luego esas situaciones son un palo a nuestra soberbia congénita. ¿Qué somos en la tierra? Como decía el poeta somos polvo, pero…polvo enamorado, eso, estar enamorado,  nos da valor y felicidad. Y aún así, disminuidos y empequeñecidos a los ojos de los hombres, somos hijos de Dios., amados por Dios.

Son unos caminos de Dios,  de los que Él  sacará muchos bienes, pues esas personas están en la Cruz y la Cruz redime.

También hay que dar gracias a Dios de que haya estos lugares en donde son bien atendidas las personas que se encuentran en esa situación. Es lo verdaderamente humano y civilizado. Eso me comentaron los que encontré al principio. Para una familia,  es muy difícil solucionar, medianamente bien,  ese problema.

Recomiendo visitar estos lugares,  seguro que entraremos en razon y creceremos en humildad.


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