Fui a visitar a un amigo sacerdote que está desde hace poco
en un geriátrico. Este geriátrico es una
gran edificio, con bonitos jardines y
sombras, también con algún cuadro adornando sus paredes. Lo vi lleno de
gente de todo tipo, con diversas
necesidades.
A la entrada encontré una familia conocida de la que no sabía de
su estancia en ese lugar. Estaban en
alegre conversación.
Luego fui a ver a mi amigo que no me hizo mucho caso - no podía - y le
di una bendición. Ya , de rebote, vi a otros dos sacerdotes que se encontraban allí
y me los enseñaron las enfermeras. No me reconocieron para nada.
Salí de allí apenado y reflexionando sobre la vida. Desde luego
esas situaciones son un palo a nuestra soberbia congénita. ¿Qué somos en la
tierra? Como decía el poeta somos polvo, pero…polvo enamorado, eso, estar enamorado,
nos da valor y felicidad. Y aún así, disminuidos y empequeñecidos a los ojos de los hombres,
somos hijos de Dios., amados por Dios.
Son unos caminos de Dios, de los que Él sacará
muchos bienes, pues esas personas están en la Cruz y la Cruz redime.
También hay que dar gracias a Dios de que haya estos lugares
en donde son bien atendidas las personas que se encuentran en esa situación. Es
lo verdaderamente humano y civilizado. Eso me comentaron los que encontré al principio.
Para una familia, es muy difícil
solucionar, medianamente bien, ese
problema.
Recomiendo visitar estos lugares, seguro que entraremos en razon y creceremos en humildad.
Recomiendo visitar estos lugares, seguro que entraremos en razon y creceremos en humildad.
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