La facultad de teología de la Universidad de Navarra, organizó unas Jornadas para
sacerdotes que trataron de diversos aspectos de la pastoral de la confesión.
Los profesores eran de la Santa Croce y de la propia facultad. Asistieron más de 100 sacerdotes,
también algunos seminaristas de los últimos cursos y algún laico.
Hubo paneles en los que se exponían diversas experiencias,
en los que actuaron párrocos y capellanes de colegios que expresaron su
punto de vista en torno a la belleza, diálogo y sanación de la confesión.
La primera conferencia estuvo a cargo de Mons. José María Yanguas,
obispo de Cuenca. Afirmó entre otras cosas que los penitentes que nos vienen pueden
traer una siembra de Dios que es Amor, libertad y justicia, o pueden traer la
siembra del diablo que es sentimiento, libre albedrío e igualitarismo.
Que el confesor
ha de tener la sicología de una madre de familia. Citó a Benedicto XVI que
afirmó categóricamente que hay que volver al confesonario. Dijo también, el ponente,
que es un lugar en el que hay que habitar más a menudo y
que no es un instrumento de amistad.
El diálogo ha de ser apropiado, ministerial, de salvación,
por estar en el lugar de Jesús y con su compasión. El centro de la confesión no
es el pecado, sino Jesucristo. Hablar del Señor.
También se habló, en uno de los paneles, de las nuevas
tecnologías para dar a conocer mejor este sacramento y ayudar al examen y demás
condiciones necesarias para su perfecta realización.
Desde la experiencia de Santiago de Compostela, Víctor Sánchez habló del diálogo en la
confesión. Puso como iconos de ese diálogo,
el icono del encuentro de Jesús con la
samaritana que hay en la iglesia de S. Cayetano. La samaritana viste igual que Jesús de azul y
rojo. Es como si la divinidad y la humanidad de Jesús se comunicaran en aquel
dialogo a esta mujer pecadora. Luego ella fue apóstol de todo un pueblo. El diálogo en si mismo entre Jesús y la samaritana es todo un poema.
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Victor Sánchez |
También es icono de
este diálogo el conjunto escultórico de
la Adoración de los magos que tanto abunda en la ciudad de Santiago quizá por
ser una ciudad de peregrinos. Los magos buscan y encuentran a Jesús. La Virgen
y S. José ayudan a ese encuentro, pero están en un segundo plano.
En Santiago hay la gran experiencia de las muchas
confesiones que se realizan en la catedral. Son de peregrinos de todo el mundo.
Según la opinión de algunos confesores, el diálogo es una escucha con interés. Otro dice que debe ser un diálogo en orden a la sanación. El sacerdote ha de
tener un corazón abierto y acogedor. Ha de hacer ver, sobre todo en casos
de mas dificultad, la mucha misericordia
de Dios que se experimenta ahí en la confesión, de un modo gozoso.
D. Silvestre del Amor, párroco en Murcia, habló de la acogida
de niños y adolescentes. Insistió en el papel decisivo de los padres, ellos
son la red social más poderosa.
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Silvestre del Amor |
Si los padres van con el niño al catecismo, este les ve
confesar y comulgar, si le acompañan a la Misa y le van dando su experiencia,
el enemigo puede zarandearles, pero no los aparta de Dios.
Salieron otros muchos temas como las confesiones en los colegios,
suscitar el deseo de la confesión. Qué maravilla ¿Cómo podemos vivir sin esto?. Confesarse es celebrar. Hay que dar un
mensaje no licuado: Hablar del pecado y del dolor como el pecado sufrido.