Me envió un amigo una pequeña reseña de S. Jerónimo, que es patrono mundial
de la juventud desamparada y de los
huérfanos. Fue un gran apóstol de la Madre
de Dios.
Lo que me llamó la
atención de este envío fue la
jaculatoria que repetía el Santo: Ayúdame Señor y seré tuyo.
Esta jaculatoria la
repetí este día y a veces, pues que hay
que ser creativos, le daba un toque personal,
como p.e. si me ayudas, seré todo tuyo. O también con otra variante: Señor, ayúdame y seré todo tuyo.
Creo que también esta breve oración se podía usar en el propio
matrimonio, uno debería decirle al
compañero: si me ayudas seré todo tuyo, o,
ayúdame y seré tuyo.
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