Tengo también en mi sala de estar una imagen del santo, pequeña, pero que veo todos los días y aprovecho para hacerme su amigo, pues es muy poderoso y cercano a nuestros problemas. El es protector del pueblo de Dios.
Un
año hicimos en la Parroquia una bonita exposición sobre el Mas Allá y una de
las partes de dicha expo estaba
dedicada a los ángeles, en la que
destacaba una artística talla de S. Miguel procedente de la capilla de S.
Silvestre.
También teníamos un cuadro con un S. Miguel en la cima de un castillo de Roma llamado Santo Ángel que tiene este historia:
Gregorio primero tiene una visión de San Miguel y le ve con la espada envainada e interpreta que le está anunciando que la peste que estaba haciendo estragos en la ciudad se iba a acabar, como así fue y entonces en agradecimiento manda hacer una gran estatua de S. Miguel que pone en la cima del castillo con una corona en la mano que tiene alzada y que recuerda este favor hasta el día de hoy que se sigue viendo en el mismo lugar, al lado del río Tiber.
También teníamos un cuadro con un S. Miguel en la cima de un castillo de Roma llamado Santo Ángel que tiene este historia:
Gregorio primero tiene una visión de San Miguel y le ve con la espada envainada e interpreta que le está anunciando que la peste que estaba haciendo estragos en la ciudad se iba a acabar, como así fue y entonces en agradecimiento manda hacer una gran estatua de S. Miguel que pone en la cima del castillo con una corona en la mano que tiene alzada y que recuerda este favor hasta el día de hoy que se sigue viendo en el mismo lugar, al lado del río Tiber.
Santa
Gema fue muy devota de los ángeles y tenia conversación diaria con su ángel
custodio, incluso le dejaba cartas que
él le llevaba a su destino. Sinceramente creo que era un ángel muy
servicial.
Aprendí
de una feligresa que frecuenta la parroquia, a pedir a Dios en determinadas
ocasiones y dificultades la ayuda de un
ángel más que fuera especialista en lo que me interesaba y desde luego me
dio muy buenos resultados. Desde aquí les doy las gracias a los que fui
pidiendo en estos últimos años.
La
presencia de los ángeles es constante en la Biblia y, si se quitaran,
desaparecería bastante de la Palabra de Dios. Basta recordar a Adán y Eva que
les expulsa del Paraíso un ángel, o a
nuestra madre la Virgen que le anuncia la Encarnación un arcángel o San Pedro
que le libra de las cadenas y de la cárcel otro ángel. Y así muchos casos más.
Que invoquen
con fe a sus ángeles favoritos y experimenten su poderosa ayuda.
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