Desde
hace tiempo pienso en este amigo que es ateo o al menos eso dice. Es una
persona culta que tuvo una formación cristiana, pero ahora es ateo. Conversaamos algunas veces y hablamos de todo,
pero en cuanto a su falta de fe apenas
abre la puerta para que pueda decirle lo que yo pienso.
Siempre me acuerdo de lo que nos han dicho el día
del bautismo tocándonos o haciendo la
señal de la cruz sobre labios y oídos: EFETA, es decir ábrete. Hay que estar abiertos a lo que nos venga de
fuera no sea que perdamos algo interesante.
También me acuerdo de una larga conversación que tuve con un judío que tenía negocios en Argentina y que iba a Israel a la boda de un familiar. Estuvimos juntos en el avión y fuimos hablando desde Barcelona hasta el aeropuerto de Tel-Avic.
Y en esa conversación, cuando ya había cogido cierta confianza, yo le dije lo que había leído acerca de la juventud judía, que eran ateos aun celebrando sus tradiciones judaicas. Pero el me dijo,” bueno, usted sabe que ateo- ateo no hay nadie”.
Efectivamente allá dentro de nosotros hay un algo que nos dice que algo tiene que haber después de la muerte y que este bellísimo universo de 100.000 millones de galaxias, como la del camino de Santiago, tuvo que tener un hacedor y un Amo.
También me acuerdo de una larga conversación que tuve con un judío que tenía negocios en Argentina y que iba a Israel a la boda de un familiar. Estuvimos juntos en el avión y fuimos hablando desde Barcelona hasta el aeropuerto de Tel-Avic.
Y en esa conversación, cuando ya había cogido cierta confianza, yo le dije lo que había leído acerca de la juventud judía, que eran ateos aun celebrando sus tradiciones judaicas. Pero el me dijo,” bueno, usted sabe que ateo- ateo no hay nadie”.
Efectivamente allá dentro de nosotros hay un algo que nos dice que algo tiene que haber después de la muerte y que este bellísimo universo de 100.000 millones de galaxias, como la del camino de Santiago, tuvo que tener un hacedor y un Amo.
Cuando
veo un ateo me atrae, me gusta poder
hablar con él, no para convencerle sino para darle datos y animarle a que, desde la humildad, vea si
Dios existe, pues venir de la nada e ir hacia la nada es lo más angustioso que
nos puede pasar. Muchos sabemos que venimos de un Dios que nos quiere y
caminamos hacia el encuentro y visión de
ese Dios. Esto sí que reconforta.
Benedicto
XVI ha tratado este tema en varias ocasiones quizá consciente de la situación
de muchas personas en Europa y habla de
la necesidad de acudir al desierto a buscarles y llevarles a la fuente de Vida
que es Cristo. Lo ha explicado de un modo sencillo:”Dios existe y se ha
acercado a nosotros en Jesucristo”.
La fe
es un don de Dios que nos ofrece a todos
alguna vez en la vida a través de
sucesos o acontecimientos de la vida o
del encuentro con su Palabra o con un creyente,
y eso llega al corazón que Dios abre y lo transforma.
Detrás de esos sucesos está Dios, el encuentro en realidad es con él. La respuesta es nuestra que viene siendo algo que transforma toda nuestra vida para bien. Es como al que perdió su padre, de pronto lo encuentra y con él, todo lo bueno.
Detrás de esos sucesos está Dios, el encuentro en realidad es con él. La respuesta es nuestra que viene siendo algo que transforma toda nuestra vida para bien. Es como al que perdió su padre, de pronto lo encuentra y con él, todo lo bueno.
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