jueves, 5 de noviembre de 2020

Una conversión cerca de mi casa

 


Tengo  especial afición a conocer las posibles conversiones. Me gusta saber el motivo,  el como aquella alma fue tocada por la gracia de Dios, aunque a veces sea difícil explicarlo.

Pues tuve la ocasión de conocer,  endirecto, una conversión  hace  pocos días. Se trata de  un señor, de esta ciudad que conocía desde hace algún tiempo que tiene su trabajo y su familia, que un buen día  se convierte.


 

 Llevaba más de 50 años sin pisar  una iglesia, no quería entrar ni por curiosidad. Por tanto con ese alejamiento de Dios, su vida fue  un poco  un desastre. 

Cuando me lo contó le pregunté si podía explicarme algo más, como por ejemplo cual fue el motivo de su conversión,  qué fue lo que le movió a encontrarse con Dios.

“Si me lo puedes contar” … me dijo que era sencillo de contar, aunque lo que le pasó por dentro no sabe contarlo  bien.

 Pues  fue de la siguiente manera: un día entró en la catedral y fue a parar  cerca de  un confesonario en el que había gente confesándose y de pronto le entró un deseo vehemente de  confesarse él también,  de dejar su vida allí y comenzar una vida nueva. Al mismo tiempo le vino otra idea, mejor seguir como estaba y no confesarse. Se dio cuenta que esa idea no era de Dios sino de nuestro común enemigo el diablo y después de una discusión interior se decide a confesar.

 Salió de allí transformado con ganas de conocer más a Jesús, a Dios y de hacer el bien a otras personas y poco  a poco se hace eucarístico, se enamora de la Eucaristía, de Jesús allí vivo y empieza a visitar a pobres y enfermos dándoles  afecto  y tratando de comprenderlos que también  una forma de amar.

Y sigue así desde hace más de 10 años y con Misa diaria y confesión frecuente y feliz.

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