Todas las mañanas veo llegar los niños al colegio. Es un espectáculo de alegría y de vitalidad
Los veo llegar a veces con mucha anticipación y entonces aprovechan para ir a los columpios cercanos. Allí se balancean un poco y luego al colegio.
Los más pequeños son llevados, por sus padres o por el abuelo, de la mano. Van seguros y con frecuencia se les ve andar dando saltos, pues seguramente les sobran energías. Están muy graciosos cuando los días de lluvia llevan su propio paraguas, pequeño y proporcionado a su estatura. Da la impresión que se sienten ya como mayores, por la formalidad con que se mueven.
Otros son llevados en coche y salen como disparados, echando a correr hacia el patio del colegio y apenas pueden decir adiós.
También hay quien lleva la vida con calma, van al lado del padre o de la madre hasta la puerta del colegio, un beso y tal vez un consejo breve y, a otra cosa mariposa.
Veo al mismo tiempo a adolescentes o jóvenes. Estos se mueven mucho en grupo, es difícil verlos solos. Les gusta conversar y cambiar impresiones, ya no corren a no ser que hagan deporte. Son el futuro. Si están bien formados será un futuro fructífero y hermoso. Si Dios está en su vida, harán mucho bien a la sociedad, serán también ellos luz del mundo.
Unamuno |
Dice Miguel de Unamuno, que el paganismo, el hoy tan decantado paganismo por los que hacen profesión de anticristianos, vino en sus postrimerías a dar en un hastío y desencanto de la vida en un tétrico pesimismo, en cambio la religión católica predica el amor a la vida y la esperanza de la resurrección final, poderoso resorte de la acción humana. Cristo, dice D.Miguel , es el más grande creador de energías (Contra esto y aquello, pg. 32).
También viene al caso los consejos que daba san Juan Bosco a la juventud:
Sed alegres, cumplid vuestros deberes y participar con los demás en los recreos y diversiones.
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