viernes, 14 de mayo de 2021

Un viaje a Tuy

 



Con motivo de los 100 años de la consagración de la diócesis de Tuy al Sagrado corazón de Jesús,  el día 13 de mayo, me acerqué a  Tuy llevando a D Jaime López Ramón que tenía deseos de recordar personas, tiempos y lugares de aquella zona.

Allí nos reunimos en  el seminario con Mons. Luis  Quinteiro y buen grupo de sacerdotes, algunos de los cuales celebraban sus Bodas de Oro o de Plata. Ese es un día especial para la diócesis  de Tuy-Vigo por la renovación de la consagración al Corazón de Jesús que se hace con mucha solemnidad.

Primero fue la Santa Misa y luego se va al claustro  en donde  se expone el Sº Sacramento y se hace o se repite la primera consagración. Al final hay despedida de la Virgen con un canto mariano. Se cantó también el himno del Seminario cuya letra es de mons. Lago González.

Terminado el acto  fuimos a comer 4 amigos al Rúa do Cruceiro, restaurante que está en la parte alta de un monte al lado de Tuy, en donde fuimos muy bien acogidos. Allí encontramos  a otros   cuatro amigos, laicos,  que hacía tiempo no nos veíamos y nuestra alegría fue redoblada.


Terminada la comida  nos dirigimos, D. Jaime y el que esto escribe, a la vecina Valenza do Miño, pasando por el antiguo puente internacional de hierro que está sobre el rio Miño. Disfrutamos  ese pequeño paseo e hicimos algunas compras.

Luego decidimos volver a Santiago pero por la carretera antigua. Me di cuenta que si queremos ver Galicia hay que dejar las autopistas e ir sin prisas por las antiguas carreteras que ahora están bastante cuidadas y se pueden ver pueblos, aldeas y montañas que son una delicia.

Como D. Jaime hablaba mucho de  Amoedo en donde estuvo, unos nueve meses, hace más de 60 años, le propuse hacer algo de rodeo, pero ir a  ver  la parroquia de Amoedo.

Encontramos vecinos muy amables que nos trataron como si nos conocieran de toda la vida y buscaron al  joven sacristán para que nos abriera las puertas de la iglesia. Estaba limpia, ordenada y bien iluminada.

 Allí vimos el retablo de piedra que había encargado en su momento D.Jaime. Podéis imaginaros la emoción después de tanto tiempo sin volver al lugar.


 

Desde la iglesia hay una panorámica impresionante, una hermosura que no reflejan las fotos.

Luego nos dirigimos a Arcade pasando por Sotomayor y a continuación  a Puente Sampayo sobre el rio Verdugo, y luego sin parar fuimos a Pontevedra.


Por Pontevedra pasamos de largo y a la salida hacia Santiago nos acercamos a la iglesia y monasterio de S. Benito de Lérez.

 Vale  la pena ver su claustro y sus retablos. Allí pudimos entrar a rezar un rato. Pronto se juntó un grupo de señoras y algún hombre, unas 15 personas, y se pusieron a rezar el rosario,  dirigido por una señora desde un micrófono. Algunas  llevaban velones que encendían  no sé bien a quien,  no sé si al Cristo, a la Virgen de Fátima o a San Benito.

Luego ya nos dirigimos a casa pasando por Valga y Padrón y dando muchas gracias a Dios por ese día tan especial.

 

Puente inernacional

 

En el claustro. Consagración

 

Rio Miño

V.M.S.L.

 

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