El día 8 de diciembre, a la tarde, se reunió en la capilla de Guadalupe un hermoso grupo de nativos de Paraguay, vecinos de Santiago y alrededores que quisieron honrar a la Virgen de Caacupé.
Ya se reunieron en otras ocasiones, pero este año se añadió la presencia de D. Melchiades Acuña , sacerdote paraguayo que viene por un tiempo a trabajar pastoralmente en esta diócesis. Le ha encargado de unas 7 parroquias a 15 kl. de esta ciudad de Santiago.
Antes de la Misa, el párroco (D. Víctor) relató la acogida que en esta capilla de Guadalupe se hizo a inmigrantes en años anteriores.
Nos habló también de la organización de peregrinaciones, especialmente para inmigrantes, al santuario de Fátima en Portugal en donde se difunden tantas gracias espirituales que regala la Virgen.
Después del rosario hubo un pequeño ensayo de cantos y ya comenzó la Misa en donde participaron en los cantos y las lecturas. Al final un hermoso himno a la Virgen de Caacupè cantado por todos los presentes con cariño y entusiasmo.
D. Melchiades comentó las lecturas de la Misa de la Inmaculada, del día, diciendo que el pecado acababa en cobardía como en el caso de Adán que se esconde y en cambio la gracia da valentía, como ocurre con María que da un si pleno al plan de Dios y marcha pronto a visitar a su prima Isabel , con prisa para ayudarla, yendo a través de Galilea y Judea.
También explicó que una madre une y nosotros hemos recibido a María como madre en la cruz y ahora no sólo nos une, sino que nos protege con su manto de los dardos del enemigo de nuestras almas.
Nos da ejemplo en todo pero , de un modo especial, en el abandono confiado a la providencia de Dios.
Luego se hicieron fotos del grupo y hubo un piscolabis con sabor a Paraguay. Había mucha alegría y deseos de volver a reunirse en más ocasiones.
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