En caliente

 

Este comentario se podría titular así: en caliente.

Me llama la atención el comportamiento del etíope que hace subir a S. Felipe (nos cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles) a su vehículo para que le explique lo que pasó en Jerusalén. Ve cómo puede salvarse por los méritos de la Cruz y ve agua y le dice a Felipe: que impide que sea bautizado. Y allí mismo, en caliente, fue bautizado. No tuvo que buscar padrinos.

También en las diversas predicaciones de Pedro pasa igual. Les habla claro y directo y le preguntan: hermanos qué tenemos que hacer, y Pedro les contesta,  arrepentíos y bautizaros,  y se bautizan a miles, sin esperar más y se agregan a los discípulos de Jesús.

Estando en la explanada de Fátima se me acercó un portugués y me pidió confesión. Miré para los  locales en donde había confesonarios pero él me dijo en seguida: aquí mismo. La gente iba y venía y allí en la explanada le confesé. Al terminar le  dije que no necesitaba arrodillarse, pero él  se arrodilló, recibió el perdón  y siguió luego su camino.

Cosas parecidas  me pasaron en varias ocasiones. Llegué a la conclusión, también para mi,  de que cuando Dios nos da una luz, una gracia o nos inspira algo bueno, no hay que esperar, es bueno realizarla ya, en caliente.

 Como la Virgen que cuando Dios le inspira ser madre del Mesías, no le dice, está bien pero ven para la semana que viene y ya hablaremos. Su respuesta, que le recordamos todos los días,  fue: hágase en mi según tu palabra..