La catedral de Santiago tiene una institución de acogida espiritual
a peregrinos. Es todos los días a las 20,30 hs., y está llevada por varios sacerdotes
que la dirigen.
A mí me toca los lunes. Me reúno con los peregrinos en la Capilla de
la Eucaristía. Me acompañan dos traductoras, una al inglés y otra para los de habla francesa.
El lunes pasado vinieron dos polacos, tres de Colombia, una
joven de Canadá, un mejicano que creo se
llama Oscar y alguno más. No era un grupo numeroso, pero eso no me desanima. Otros
días van más.
Nos juntamos en la capilla de la Eucaristía y allí nos
presentamos. En ese momento los peregrinos son invitados a presentarse y a
contar sus experiencias que suelen contar con mucha ilusión de ser escuchados.
Uno dijo que había hecho a pie el camino desde Saint-Jean-Pied-de-Port . Contó que fue un camino de misericordia, rezó mucho, mucho, y
sintió vivos deseos de poner su vida en las manos amorosas de Dios.
Contó también que en un pueblo de Palencia les recibieron en una iglesia que podríamos llamar mixta, pues tenía presbiterio para la Misa, una zona que hacía de comedor y otra para dormir. Allí le invitaron a participar en todo y al principio le chocó, pero luego le encontró un significado.
Contó también que en un pueblo de Palencia les recibieron en una iglesia que podríamos llamar mixta, pues tenía presbiterio para la Misa, una zona que hacía de comedor y otra para dormir. Allí le invitaron a participar en todo y al principio le chocó, pero luego le encontró un significado.
Los polacos hicieron el camino portugués desde Oporto y fue,
según ellos, una experiencia positiva y también rezaron mucho.
Los demás acababan de llegar de sus países respectivos en coche o avión y no habían tenido tiempo de hacer otra cosa que venir a la catedral. Desde luego estaban impresionados.
Los demás acababan de llegar de sus países respectivos en coche o avión y no habían tenido tiempo de hacer otra cosa que venir a la catedral. Desde luego estaban impresionados.
La acogida les sirvió de mucho y no se cansaban de dar las gracias.
Hicimos oración ante la Eucaristía y dejamos que la
decoración nos hablara y recordamos que la raíz de todos los males en el mundo
en el abandono del sagrario, como dice el beato Manuel González.
En la cripta que visitamos a continuación hicimos peticiones
al apóstol Santiago ante su urna de plata. Algunas
peticiones fueron por los enfermos o por los hijos para que recobraran la fe.
Por el Papa etc.
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