El domingo 28 de junio, tuve la oportunidad de presenciar
el ingreso de una chica procedente de Indonesia al convento de las Carmelitas
en Santiago de Compostela.
Padres y hermana de Cristina |
El rito para ingresar al convento comenzó en el atrio de
la puerta que conduce al Convento, estábamos todos reunidos esperando a que las
Madres abrieran las puertas para recibir a la nueva postulante.
Al abrirse la puerta el Sacerdote carmelita comenzó con un breve saludo y luego procedió a la bendición de Cristina con el Escapulario con el que se pedía a la Santísima Virgen del Carmen su Maternal protección para Cristina.
Acto seguido, Don Jaime, quien acompañó en sus inicios de discernimiento a Cristina, le impartió una solemne bendición en latín y terminado el rito de bendición, Cristina recibió de la Madre Superiora en la entrada del Convento el Crucifijo, el cual besó y abrazó con profunda devoción: esto como gesto de aceptación de compartir los sufrimiento de Cristo Crucificado en la soledad y en la oración que caracteriza a las Carmelitas.
Al abrirse la puerta el Sacerdote carmelita comenzó con un breve saludo y luego procedió a la bendición de Cristina con el Escapulario con el que se pedía a la Santísima Virgen del Carmen su Maternal protección para Cristina.
Acto seguido, Don Jaime, quien acompañó en sus inicios de discernimiento a Cristina, le impartió una solemne bendición en latín y terminado el rito de bendición, Cristina recibió de la Madre Superiora en la entrada del Convento el Crucifijo, el cual besó y abrazó con profunda devoción: esto como gesto de aceptación de compartir los sufrimiento de Cristo Crucificado en la soledad y en la oración que caracteriza a las Carmelitas.
Luego, fue recibida por todas las Hermanas Carmelitas con
un abrazo, como signo de bienvenida a la nueva Familia Carmelita y en seguida se
cerraron las puertas del convento y nos dirigimos al interior de la iglesia
conventual para hacer la consagración a
la Virgen del Carmen junto a Cristina, que ya se veía al otro lado de la rejas que
separan el templo del Convento.
También el Padre Carmelita aprovechó para hacer una breve
reflexión, dirigida principalmente a
Cristina y a sus Padres, en donde les animaba y les hacía ver lo grande y
maravilloso que es Dios con sus hijos y que es Él quien ahora bendecía a su
familia por la entrega que Cristina hacía de su vida , al querer consagrase como
esposa y fiel servidora de Cristo.
La pequeña celebración terminó con una oración dirigida a
Santa Teresa de Jesús, que en este año celebramos sus 500 años de nacimiento,
pidiendo su intercesión , luego se entonó la Salve Regina dedicada a la Virgen del
Carmen.
Fue un momento muy emotivo ver como Cristo aun sigue llamando
en cualquier parte del mundo a personas que se consagren a su amantísimo
Corazón, a pesar de ver que en la sociedad se pretende olvidar a Dios.
Esto es una comprobación de que Dios está presente y que no nos desampara, ni nos dejará jamás porque siempre nos seguirá dando Ministros y fieles siervas de su Reino.
Esto es una comprobación de que Dios está presente y que no nos desampara, ni nos dejará jamás porque siempre nos seguirá dando Ministros y fieles siervas de su Reino.
Por eso, les invito a que siempre llevemos en nuestras
oraciones a aquellas personas que se
consagran a Cristo y para que nos dé muchas vocaciones a la vida Religiosa,
Consagrada, Misionera y Sacerdotal.
Seminarista Luis Enrique Valle López
Colegio Internacional Bidasoa.