lunes, 15 de junio de 2015

Manuel Caamaño Ferreiro, párroco.




San Martiño de Fruime
Falleció en el hospital, D. Manuel, bien atendido espiritual y medicamente. Entró muy postrado, no podía hablar y respiraba con dificultad. En los últimos días tuvo una ligera mejoría, que nos llenó de esperanza,  y tenía muchas ganas de hablar, pero el Señor y la Virgen, de la que era muy devoto, se lo llevaron a la Casa del Padre. Tenía 80 años.

Llevó casi toda su vida en Fruime e incluso estuvo encargado de otras parroquias, como suele suceder ante la escasez de sacerdotes.

 Llegar a su casa era atravesar un laberinto de carreteras, en contacto con la montaña y a lo lejos incluso se veía el mar. Como pasa siempre, después que lo haces varias veces es un recorrido fácil.

Se dedicó plenamente a la labor parroquial y tenía muy cuidadas sus iglesias y a sus feligreses. La iglesia de Fruime se incendió hace unos años, pero después de un tiempo, pudo restaurarla y quedó  mejor que antes, limpia y devota.

D. Manuel en la sala de estar
D. Manuel llevaba varios años en diálisis que, al principio,  lo cogió con humor y alegría. Últimamente ya le cansaba un poco.

 Cuando lo iba a ver  a su casa, lo encontraba muy fatigado y con pocas ganas de hablar o de moverse. No obstante, cuando le hablaba de Dios y de la Virgen, de ser santo en la enfermedad, se iba reponiendo interior y externamente, luego se levantaba y era capaz de pasear y hablar.

Le ayudó mucho su familia quien lo sostuvo en todo momento y, gracias a eso, pudo seguir atendiendo a la parroquia y celebrando la Santa Misa hasta poco antes de morir.

También sus amigos sacerdotes le visitaban o llamaban y,  particularmente D. Manuel de Lousame se portó con él como  un verdadero hermano. Le visitaba todos los días y le ayudaba en la parroquia cuando él no podía y,  esto,  sin darle la menor importancia.

  También le confortó mucho la visita que le hizo el Sr. Obispo auxiliar, en varias ocasiones y también la de  su gran amigo D. Víctor Maroño Pena, Vicario General de la diócesis.

En los veranos yo llevaba a Fruime a dos seminaristas que estaban en mi casa. Él los acogía con  gran amabilidad, se interesaba por ellos y sus países y siempre les daba unos sabrosos consejos sacerdotales que creo no olvidarán nunca.

Santa Marïa de la Cabeza, , venerada en Fruime
D. Manuel trabajó por sus feligreses, sembró la Palabra en público y en privado, rezó  mucho y sufrió por la parroquia, a la que tanto quería, y en donde quiso ser enterrado.

Pido a Dios que haya jóvenes que quieran seguir su ejemplo y quieran  dedicarse plenamente y con alegría al Reino de Dios y en bien de tantas almas.

Que descanse de sus trabajos y que el Señor le dé el ciento por uno y la vida verdadera.

Victor Manuel Sánchez Lado. Párroco de San Cayetano. Santiago.



1 comentario:

  1. Gracias de todo corazón por estas profundas y bellas palabras D. Víctor, es la verdad sobre mi tio y usted la ha contado de una manera muy emotiva porque las buenas personas como ustedes se conocen y saben lo que necesita el mundo y la vida, testimonios de vida verdaderos como el de mi tio, el suyo y muchos tantos que siguen el ejemplo de Jesús. Gracias de verdad tio porque todo lo que soy se lo debo a usted y siempre pondré en práctica los valores que usted me enseño, muy orgulloso de ser su sobrino, siempre lo llevaré en mi corazón como un padre que fue para mi.
    "Camina con la verdad en la mente, la bondad en el corazón y la santidad en el alma" D. Manuel Caamaño Ferreiro - cura Párroco de Fruime

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