Hicieron sus Bodas de oro en S.Cayetano, Inocencio Galante Pereira y Elena Pereira Iglesias. Estaban acompañados de sus tres hijos y otros familiares y amigos. Se habían casado en Arins hace 50 años.
Tuvieron una Misa sencilla y alegre como lo pedía la ocasión y han sido un buen ejemplo para muchos matrimonios jóvenes. En la ceremonia se entregaron de nuevo las alianzas y, según prevé el ritual,
recibieron la comunión bajo las dos especies.
También dimos gracias a la Ss. Virgen rezando la Salve.
La homilía versó sobre el simbolismo de las alianzas como un compromiso a ayudarse en todo especialmente a ser santos. También del mismo matrimonio en si, como imagen del amor entregado y fiel de Cristo a la Iglesia.
martes, 29 de septiembre de 2015
lunes, 28 de septiembre de 2015
Enseñar al que no sabe
Obra de misericordia espiritual. La primera. El ponerla en
primer lugar puede significar la importancia que le quiere dar el catecismo.
Toda la vida de Jesús fue una enseñanza con los hechos y con las palabras. Todo lo que
está escrito en el Evangelio está escrito por algo y da mucho
para aprender durante toda la vida.
Ya desde el principio los apóstoles y los primeros
cristianos enseñaron con la predicación y los escritos y desde luego con su
entrega total al Reino de Dios hasta el martirio. A lo largo de toda la
historia de la Iglesia hasta nuestros días, se siguió con la misma pauta.
Hay instituciones de la Iglesia dedicadas a enseñar, no
sólo universidades y diversos tipos de
colegios sino otras muchas iniciativas para capacitar a la gente según sus necesidades. Pero no es
esto en lo que me quería parar, sino en la
enseñanza individual, de un padre, una madre, un amigo o vecino. Toda la
Iglesia ha de enseñar. Pondré varios ejemplos.
Recuerdo cuando tenía unos 6 años que mi padre, estando en
la cocina esperando la cena, me preguntó si
sabía lo que era la circuncisión.
Yo no lo sabía, aunque lo había oído por las fiestas de la Navidad cuando se hablaba de la circuncisión
del Niño. Mi padre me lo explicó con toda naturalidad y me quedó entendido y grabado para toda la vida.
También recuerdo a un viejo sacerdote que me explicó como el
agua bendita no se corrompe gracias a la bendición, cosa que nunca vi escrita,
pero que llevo experimentado que es verdad. Otras aguas, en cambio, se corrompen con el tiempo.
Otro amigo me explicó lo que era la vibración apostólica y
lo hizo con tres monedas. Una sujeta con un dedo en el medio, otra que la golpeaba
sin moverla y una tercera pegada a la sujeta que salía despedida como efecto de
la vibración. Así se contagia, me decía, la vibración apostólica.
También recuerdo a un abuelo con el que estaba de
conversación en una plaza pública y pasó por allí un nieto que dentro de pocos
días iba a hacer la Primera Comunión. El abuelo que se llamaba Vicente lo llamó
y le preguntó ¿sabes a quien recibes en la Comunión? Y sin darle tiempo a contestar
le dijo: Mira, recibes a Dios.
Los niños hacen muchas y a veces difíciles preguntas a las
que hay que responder. Así se forman. Cuando no se sabe, hay una respuesta válida:
no lo sé, pero sé en dónde buscarlo. Ya te lo diré. Y lo hacemos.
Saber el porqué de las cosas que hacemos o el origen de las
palabras explicando su significado, son una buena ocasión para enseñar al que
no sabe. Por ejemplo que significa Biblia o como se llama la tela que cubre el
sagrario y para que se le pone etc.
Hay otras muchas
cosas que enseñar: a poner en orden los libros o los armarios, como
quitar manchas, como poner la mesa correctamente, como conseguir que los grifos
estén siempre brillantes…
Muchas cosas se aprenden viéndolas hacer. Aprendí en el santuario de Fátima la devoción
y sinceridad con que rezan los peregrinos portugueses, también me impresionó y
no olvidé la genuflexión bien hecha que
vi hacer a un joven universitario en la parroquia, la naturalidad y el realismo
con que vi a San Josemaría hablar con el
Señor en el sagrario, parecía que lo estaba viendo.
Hay muchos campos en los que podemos enseñar como el manejo
de ordenadores, internet, el manejo de una máquina de fotos y tantas cosas que
son enseñar al que no sabe y que son
pequeñas obras de caridad y amor al prójimo.
Muchos podríais contar
vuestras propias experiencias que seguro son bonitas y variadas. Hay que tener interés por aprender y también
estar deseosos de hacer el bien de enseñar y comunicar nuestras experiencias.
fiestas de San Miguel en el Crucero de la Coruña (S.Cayetano)
El domingo tuvimos la fiesta grande de S. Miguel, aunque el día propio sea el 29, junto con S.Gabriel y S.Rafael.
Encomendamos al Santo la protección de la parroquia y de la familia. Fue acompañado en procesión por un buen montón de gente que llenaba las calles.
Fueron gaiteros y una banda de cornetas y desde luego muchos cohetes en el recorrido, que no pueden faltar.
Hubo Misa, utilizando el palco de la orquesta, que presidió el P. Juan Bermúdez, acompañado por el párroco.
La carpa que daba sombra, estaba llena de todo tipo de personas: gente en silla de ruedas, niños correteando y devotos muy atentos a la celebración. Cantó la coral Pontemantible.
Homilía del P. Juan:
Encomendamos al Santo la protección de la parroquia y de la familia. Fue acompañado en procesión por un buen montón de gente que llenaba las calles.
Fueron gaiteros y una banda de cornetas y desde luego muchos cohetes en el recorrido, que no pueden faltar.
P Juan Bermúdez. Somasco. |
Hubo Misa, utilizando el palco de la orquesta, que presidió el P. Juan Bermúdez, acompañado por el párroco.
La carpa que daba sombra, estaba llena de todo tipo de personas: gente en silla de ruedas, niños correteando y devotos muy atentos a la celebración. Cantó la coral Pontemantible.
Homilía del P. Juan:
Nos hemos reunido hoy aquí, como ya llevamos haciendo
muchos años, para celebrar la fiesta de San Miguel, patrón de nuestro barrio de
Meixonfrío.
Acabamos de escuchar en la lectura del Evangelio el
nombre de Natanael. Y en muchas ocasiones leyendo textos de la Sagrada
Ecritura hemos leído y hemos oído
nombres bíblicos que acaban con la palabra “El”: Samuel, Natanael, Abel, Betel,…
Y también acaban con la palabra “El”, los nombres de los tres arcángeles cuya
fiesta estamos celebrando hoy.
San Miguel -
San Gabriel - San Rafael
El vocablo “El”, significa en hebreo “Dios”. Por eso
todos estos nombres tienen un significado, que se relaciona con Dios.
Veamos por ejemplo los nombres de los tres arcángeles:
- San Miguel. Significa “¿Quien
como Dios?”
- San Gabriel. El anunciador a la Virgen María que iba a ser la madre
de Dios. Significa “El mensajero de
Dios”.
- San Rafael. Que acompaña al joven Tobías en su difícil viaje, y que
sana a su padre ciego. Significa: “Medicina
de Dios”.
Hoy nos fijamos tan solo en nuestro patrono, San Miguel y
al final de estas palabras, podremos redescubrir porque San Miguel, el príncipe
de la Milicia Celestial, es el defensor de la Iglesia ante el Mal.
La Lectura del Apocalipsis 12, 7-12a, nos ha presentado
la lucha entablada en el Cielo entre
Miguel, el Arcángel, junto con sus Ángeles, contra el Dragón y sus ángeles. El
dragón, llamado de manera muy significativa: Serpiente, Divisor, Diablo,
Acusador.
¿Cuál es esta lucha entre los que obedecen a Dios y los
que rechazan a Dios?
Es la lucha por la verdad frente a la mentira, la lucha
por el amor frente al odio, la lucha por la belleza frente a la degradación, la
lucha por la unión frente a la división, por la reconciliación frente a la
desunión y al enfrentamiento.
En esta lucha presentada por el Apocalipsis vence Miguel
y el derrotado Satanás es arrojado en la tierra, en la que continúa con
su estrategia, ahora no ya frente a ángeles sino frente a los
hombres. Sus armas siempre son la mentira, el engaño, la división, la muerte.
Esta lucha ahora no se da en el cielo sino en el corazón
humano y en la misma convivencia humana, en la sociedad y en la historia.
En esta nueva lucha interviene un nuevo personaje: el
Mesías, el Cordero: es decir Jesús Vivo y Resucitado.
La lucha se concentra entre el Dragón y el Cordero, entre
el Diablo y el Señor Jesús. La Sangre del Cordero es su vida totalmente
entregada hasta el último instante.
Es la expresión máxima del amor de Dios para con nosotros.
Jesús el Hijo de Dios sufre la Pasión y la muerte en la Cruz y Dios Padre lo
resucita para que así venciendo a la muerte todos tengamos vida y una vida en
abundancia. Una vida que no tiene fin. Es esa Sangre derramada la que rescata y
salva al hombre. Dios, al resucitar a Jesús, ha destruido el poder del Maligno.
Es una victoria que se realiza en el corazón de cada hombre, que es el
escenario y el ámbito de esta lucha diaria a la que nos vemos sometidos.
Decimos en el Padrenuestro: “No nos dejes caer en la
tentación y líbranos del mal”. El mal y las tentaciones de las que pedimos al
Padre que nos libre, son las que a cada momento nos acechan por la instigación
y la envidia del maligno.
¿Es esto una hermosa fábula para niños de
catequesis o para mentes poco desarrolladas?
Lo que vivimos a diario en nuestra sociedad, nos muestra
la dura realidad de un vertiginoso proceso de luchas entre lo bueno y lo malo.
Pero a veces afirmar que lo bueno y lo malo depende de
nosotros mismos, es pretender señalar como fuente del bien y de la verdad, el
estrecho límite de nuestra opinión, muchas veces mezquino.
Es en el corazón del hombre y en el corazón de la
sociedad donde se da esta lucha entre lo bueno y lo malo y de donde se seguirá
la elevación o la degradación del hombre.
En esta lucha entre lo bueno y lo malo que nos afecta y
alcanza a todos, “el Acusador” o Maligno, aunque no lo percibamos, busca
destruir a la persona. Pero, igualmente, el “Cordero”, Jesucristo, por su
Sangre, llega al corazón del hombre para curarlo y vigorizarlo.
Precisamente en esta lucha, es donde nos jugamos el
destino de cada uno y de la sociedad.
San Miguel continúa recordándonos: “¿Quién como Dios”?
Se quiere apartar a Dios de la vida de las personas, de las sociedades, de la
familia, del corazón de los niños y los jóvenes. Se quiere excluir a Dios,
pensando que de este modo somos más libres, más humanos, mas realizados, mas
progresistas. Queremos sustituir a Dios por la ciencia y la razón, cuando
ciertamente la fe y la razón se complementan. Pero si la ciencia avanza por la
inteligencia, en sus distintos grados, es porque Dios ha puesto la inteligencia
y la sabiduría en cada persona.
¡Fuera Dios¡.
Sin embargo, fuera del Señor, solo anida la desesperanza,
la oscuridad, la sin razón, el abandono del hombres a las fuerzas de su
destino, el mal y a sus diversas manifestaciones.
El ejemplo de esto lo tenemos los Padres somascos en la
persona de nuestro Fundador, San Jerónimo Emiliani. Justamente hoy, día 27 de
septiembre, recordamos el 504 aniversario de su liberación de la prisión, por
intercesión de la Virgen María.
San Jerónimo en su juventud ansiaba el poder, el
reconocimiento, la fama… y eso le llevó a abandonar su vida y su formación
cristiana con la que su madre lo había educado. Al caer prisionero y estar
encerrado en la prisión, recapacitó sobre su vida y se recordó de los consejos
que su madre le había dado de pequeño. Entre esos consejos estaba el que cada
vez que se viera en la necesidad, recurriera a la virgen María, que como Madre
siempre estaría para interceder y velar por su bien.
Tras habérsele aparecido la Virgen en la prisión y
liberarlo, da comienzo sobretodo su
liberación espiritual. Y es con el regreso a una vida de oración y de completo
abandono en las manos de Dios, que encuentra la verdadera felicidad y la
verdadera alegría.
Podría haberse hecho tranquilamente esta pregunta, San
Jerónimo:
“¿Quien como
Dios?”
Es Dios, Jesucristo quien venciendo al mal con el
bien, abre el camino para vivir en plenitud.
Abrir el corazón al Señor por la fe es el comienzo de
nuestra recuperación, del triunfo del Señor en nuestra vida
María bajo la advocación de Reina de los ángeles, es quien,
por el poder que Jesús le dio a los pies de la cruz (“Mujer ahí tienes a tu hijo”)
es la Mujer que aplastará la cabeza del Dragón…..
Con ellos, vamos venciendo al mal a fuerza de bien.
Que Santa María, la Virgen y San Miguel nos enseñen a
vencer el mal a fuerza de bien, nos ayuden a desterrar y a controlar el mal y de este modo poder
vivir en la paz y el bienestar que Dios quiere para nosotros.
¡Qué así sea!
sábado, 26 de septiembre de 2015
Visitar a los enfermos
Es la primera obra de misericordia corporal que nos pone el catecismo. A Jesús le llevaban
los enfermos para que les impusiera las manos y en otros casos lo llamaban a ir
a casa como pasó con Lázaro o con el siervo del centurión. La Iglesia continuadora de la misericordia de
Jesús, siempre ha tenido muy en cuenta a los enfermos. Incluso hay varias
instituciones dedicadas a los enfermos como el Cotolengo o las
Siervas de los enfermos y otras.
De los enfermos se aprende mucho. Son maestros aun sin
pretenderlo. Suelen ser muy agradecidos, nos enseñan la importancia de la
paciencia y a veces nos hacen pensar. Ver
personas que fueron importantes limitadas a una habitación o en una silla de
ruedas, nos lleva a pensar en lo que dice la Sagrada Escritura: el hombre es
como la hierba del campo que hoy es y
mañana ya se seca.
En una ocasión visité a un enfermo que llamo filósofo. Nunca
había estado enfermo, pasó la vida trabajando para tener una casa y cuidar a su
familia, y cuando tenía unos 60 años se ve tirado en una cama, sin poder hacer
nada y dependiendo de los demás. Fui a verle y me dijo: ¿yo que hago aquí? ¿Por
qué estoy así?. No comprendía su nueva situación de aparente inutilidad. No entendía
su dolor, ni su vida. Quería explicaciones.
Por eso afirmo que los enfermos tantas veces son profesores
que nos llevan a pensar en lo esencial de la vida.
Ahora se dan casos de enfermos que no se enteran de nada. No
saben quiénes son, ni saben su historia. He visto maridos ejemplares que cuidaban
a su esposa que no podía ni sabía dar gracias, pero ellos supieron perseverar
en el amor. Las cuidaban con amor y alegría.
Aunque no siempre es así. Hay quienes van quedando poco a poco solos, con visitas muy espaciadas y quizá tristes y deseando morir.
Aunque no siempre es así. Hay quienes van quedando poco a poco solos, con visitas muy espaciadas y quizá tristes y deseando morir.
A todos se les hace mucho bien visitándolos, poniéndolos al
día de lo que pasa en el mundo y haciéndoles sonreír y también escuchando sus
historias. Hay, sin embargo alguno – yo lo vi – que por el mucho dolor o por lo
que sea, que no quieren ser visitados. En
este caso se debe respetar su libertad y dejarlos tranquilos.
A los enfermos se les puede pedir que encomienden a determinadas
personas que lo necesitan, diciéndoles incluso los nombres. Se les puede ayudar
a rezar porque solos les cuesta y les
viene bien un pensamiento sobre Dios a quien van a ver pronto. Dios todo
lo puede y no nos abandona y en Él confiamos. “aunque camine por cañadas
oscuras nada temo, porque tú vas conmigo”.
Los domingos debieran ser días que dediquemos a Dios y a los
enfermos o a la familia. Los enfermos son Jesucristo. Lo que a estos le hicisteis, a Mí me lo hicisteis. En estos últimos meses
pude visitar a varios amigos enfermos y, después de verles, Dios me premió con alegría interior y paz.
En tantos años como llevo de sacerdote nunca vi a un enfermo
que le pareciera mal la visita. Se alegran y se sienten confortados por la presencia,
por la oración y la Palabra del sacerdote. Ya Santiago en una de sus cartas
decía: si alguno de entre vosotros enferma, que llame a los presbiterios de la
Iglesia y que oren sobre él.
Son ejemplo heroico de cuidado a los enfermos la Madre Teresa de Calcuta que decía: Cuando nos ocupamos del enfermo y del necesitado, estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo y este contacto se torna heroico; nos olvidamos de la repugnancia y de las tendencias naturales que hay en todos nosotros».
También es un grandísimo ejemplo el P. Damián apóstol de los leprosos que decía:
"Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o
temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio
es demasiado grande si se hace por Cristo".
Asi mismo es muy conocida la vida de S. Roque tan querido en toda Europa y famoso por atender a apestados y contagiarse con este trabajo, tal como aparece en sus imágenes.
martes, 22 de septiembre de 2015
Allí estaba una joven siria
Sí, en la catedral, en la vigilia de la noche, ante unos
50 peregrinos, una joven siria
pidió oraciones por su pueblo. Decía que allí no se puede hablar. Si hablas te
cortan la cabeza. Tengo un hermano y no
sé en dónde está y lo mismo otra gente
de mi familia.
Una joven italiana que estaba escuchando, al oír este
testimonio así, en directo, no se cansaba de llorar. Son valientes, están dando la vida por su fe, pero podemos
ayudarlos hablando de ellos para que se conozca la realidad. Y rezando para que
Dios les dé fortaleza.
Pidió al Apóstol que interceda por los cristianos perseguidos
de su país, para que sean fuertes en la
fe.
Hubo más testimonios, que fueron excelentes. Una joven brasileña que
venía con su padre decía que había aprendido mucho en el camino, como paciencia,
esfuerzo, solidaridad, presencia de Dios etc. Y decía que todo esto ahora tenía
que aplicarlo y vivirlo en el camino normal de su vida, el camino de todos los
días.
Otro algo mayor, había decidido poner todos los medios para
ser sacerdote. ¡Qué grande es poder consagrar!, nos decía.
Una señora vino a pie desde Saint Jean Pied de Port. Al salir, comentaba muy
emocionada, comenzó el camino con una hernia dolorosa que no podía ser operada.
Le daba dolor al andar. Así anduvo varias etapas y mientras caminaba le pedía
al Apóstol que la ayudara, y, en un momento determinado se dio cuenta que no
tenía dolor y que la hernia ya no existía. Cuando lo contó estalló un gran
aplauso de todos los presentes y ella no cesaba de llorar de alegría y
agradecimiento.
Unos argentinos también dieron su testimonio hablando de lo
orgullosos que estaban de este Papa Francisco que procede de su país. Recordamos
los santuarios de Luján y S. Cayetano a donde fue a confesar cuando era
arzobispo de Buenos Aires. Allí fue de incognito y se pasó toda la noche, en
varias ocasiones ayudando a confesar.
Una granadina hablaba de las muchas preguntas e
interrogantes que se planteó durante el camino. Ahora tendrá que buscar las
respuestas.
El sacerdote que dirigía la Vigilia afirmó, apoyado en una anécdota reciente, algo que
había aprendido. Que aunque hayas hecho un camino largo a pie y hayas sufrido
mucho, si al final no termina en conversión y confesión, esa peregrinación ha fracasado. Todo ha de
terminar en un encuentro real con Jesús en los sacramentos y en una vida nueva.
S. Jean Pied de Port |
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