Una casa, cuando es nueva para el usuario, se debe bendecir siguiendo la costumbre
cristiana de siempre. Cuando pasa el tiempo ya no se bendice - aunque no pasa nada por repetirla - pero en cambio
está aconsejado por el ritual de
bendiciones, que se bendiga a la familia,
incluso todos los años. El ritual trae esas dos bendiciones que son bastante
parecidas y complementarias.
Los inmigrantes latinos son muy dados a la bendición. En donde
quiera que vean a un sacerdote, le piden
la bendición en la calle o en una cafetería, como me ocurrió a mí en una ciudad en donde
estaba despachando una venezolana en el
mostrador y me pidió la bendición al tiempo que hacía el servicio.
Cuando llegué a esta
parroquia hace años, al día siguiente llegaron mis padres, para organizar la
casa.
Lo primero que me pidió mi madre
fue bendecir la casa, no fuera que en
casa del herrero cuchara de palo. Naturalmente la bendije inmediatamente.
¿Para qué se bendicen
las viviendas?
La bendición es una oración de la Iglesia (se implica toda
la Iglesia) que pide que en esa casa
se dé gloria a Dios, se ponga fuera del
influjo del diablo y se pide también beneficios espirituales y temporales para esa
familia. Aunque los beneficios materiales se piden en cuanto sean de provecho para
el alma.
Las bendiciones son una herencia judía, pues en este pueblo del que formó parte Jesús, se acudía
mucho a las bendiciones. De Jesús sabemos que imponía las manos a los enfermos y bendecía los niños que le llevaba la gente y también bendijo a
los apóstoles.
Con frecuencia, en
las oraciones de bendición, se pide a
Dios que envíe su santo ángel para ayudar y acompañar al hombre, custodiándolo.
Y Dios, que ama a la Iglesia, hace mucho
caso a estas peticiones.
Las bendiciones son muy buenas y están recomendadas por la
Iglesia que las practica en múltiples
ocasiones. En las parroquias de muchos sitios
hay bendiciones de las casas todos los años por el tiempo de pascua. En la
misma Roma es una práctica habitual en donde van los sacerdotes casa por casa, incluso con monaguillos.
A la oración de la Iglesia ha de unirse la de los que están
presentes y participan en ella. Las disposiciones interiores de los que piden, tienen mucho que
ver con la eficacia de la bendición. Por eso es bueno que los que piden la
bendición oren y si les es fácil se confiesen y comulguen para más “obligar”
a Dios
En todas las bendiciones
se usa el agua bendita, que cualquier persona puede tener en casa y usarla todos los días. Es sabido que
santa Teresa decía que el demonio teme al agua bendita.
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