viernes, 5 de febrero de 2016

El paso de las gracias



Tengo la sana costumbre de leer todas las mañanas un trocito del Nuevo Testamento. Hoy leí la II carta a los Corintios y me encontré con un pensamiento que ya conocía, pero hoy fue como si brillara de un modo especial. Tal vez es porque estaba pensando en las gracias de la Cuaresma. 

Dice S. Pablo “no recibáis la gracia de Dios en vano”. Me pareció entender que yo recibo muchas gracias de Dios, tengo muchas oportunidades del bien, y hay gente que reza por mí o al menos así me lo dice.

 Pero, ¿cómo aprovecho esa lluvia de gracias? Me dio, esa lectura,  para hacer un pequeño examen de conciencia y me acordé del dicho popular de no recibir los tesoros en saco roto o  lo que dice la misma Biblia de cuando tenemos el ánfora agrietada. O tal vez, lo que a veces experimentamos, de aquello de que, por un oído me entra y por otro me sale.

Ahora en Cuaresma, basta oír Radio María, hay infinitas oportunidades que nos pasan por la puerta. Charlas, retiros,  jornadas  pastorales, sacerdotes disponibles para hablar etc. Cuanta cuenta tendremos que dar a Dios por tanta gracia. Como dice la conocida poesía, loco debo de ser, pues no soy santo. Es posible que al final de nuestra vida,  nos encontremos con las manos vacías y sin tener disculpa que dar.

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