Ayer por la noche recibí la noticia del fallecimiento de D. José que me
sorprendió pues nada sabía de su enfermedad. Dos días antes de su fallecimiento
aun había celebrado la Santa Misa en el
Asilo de S. Marcos, eso sí, con cierta dificultad pues tuvo que ser ayudado.
Había nacido en Pontecesures en el año 1939 y se ordenó de
sacerdote en 1962.
Su vida trascurría entre la Curia, en el departamento de
economía, y la residencia de ancianos de S. Marcos.
En la Curia estuvo muchos años y era la primera cara
sonriente y amable que encontrabas al entrar. Era amigo de todos y era agradable estar en conversación con él y desde luego resolvía
lo mejor que podía lo que allí llevabas.
En cuanto a la capellanía estaba contento, trataba muy bien
a los ancianos a quienes quería y respetaba y estaba disponible para lo
que hiciera falta. En ese cargo también pasó muchos años.
Estuvo de director espiritual de la Legión de María en los
primeros tiempos de la Legión en Santiago; quizá le dedicó unos 20 años y dejó huella por
su interés hacia esta asociación. Aun años
después era recordado y apreciado.
En varias ocasiones acudí a D. José para que me dijera
alguna Misa en la parroquia sustituyéndome pues yo no podía por otros
compromisos. Siempre hacía lo mismo: miraba la agenda y si tenía libre, apuntaba el nuevo compromiso. Nunca me dijo que
no y así hacía con todos. Si estaba ocupado lo decía, pero su primera intención
siempre era el sí, para ayudar al amigo.
Que descanse de sus fatigas e interceda por nosotros.
El funeral fue en su parroquia de Pontecesures. Asistieron mas de 70 sacerdotes , muchos de su curso que es numeroso. Justificaron su ausencia los obispos de Tuy y Orense.
Presidió el Sr.Arzobispo quien contó que unos dias antes D. José se acercó a su despacho y le comunicó así, directamente, que iba a morir y que sería pronto, como así fue. Es de suponer la emoción de ambos.
La iglesia, que es muy capaz, estaba abarrotada de gente.
El funeral fue en su parroquia de Pontecesures. Asistieron mas de 70 sacerdotes , muchos de su curso que es numeroso. Justificaron su ausencia los obispos de Tuy y Orense.
Presidió el Sr.Arzobispo quien contó que unos dias antes D. José se acercó a su despacho y le comunicó así, directamente, que iba a morir y que sería pronto, como así fue. Es de suponer la emoción de ambos.
La iglesia, que es muy capaz, estaba abarrotada de gente.
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