Suelo coger el autobús para viajes en la ciudad. Si encuentro
sitio para ir sentado, voy rezando o
leyendo y , si no lo encuentro, hago como todos,
voy de pie y observando.
La última vez vi a un señor, tirando a mayor, que movía los
labios, primero pensé si sería de esas personas que hablan solos, pero luego vi
que parecía rezar y en efecto llevaba en la mano un rosario de dedo. Me alegré de ver a alguien que aprovechaba el tiempo en
una conversación íntima con la Ss. Virgen, aun en medio del ruido y la incomodidad.
Por otro lado están los niños que generalmente hablan a
gritos y alegran la casa. Hay personas que dejan su sitio si ven a alguien mayor de pie, casi te
fuerzan a que se lo aceptes. No es muy
corriente, pero pasa. Hay que dar gracias a Dios de que se siga viviendo la caridad aunque sea en cosas pequeñas.
Quizá hay otros que
encomiendan a los que vamos y también es de agradecer. Hay aquí en Santiago la
costumbre de hacer la señal de la cruz cuando se pasa por delante del convento
del Carmen. Otros simplemente miran a la Virgen que está en la fachada, pero también
estoy seguro que le gustará a María.
No hay comentarios:
Publicar un comentario