Esas fueron las primeras
palabras que me dijo una señora a la puerta de la sacristía. No sabía
exactamente lo que quería decir y entré en conversación.
Pensé en los planetas de qué les pasaría si estuvieran fuera
de órbita. Me parece a mí que irían
incómodos, danto tumbos, errantes. Quizá a las personas nos pase algo igual.
Pero yo quería saber algo más y esta persona venía a rezar
un poco, pero antes estaba hablando conmigo. Le pregunté a qué se
refería y me dijo que iba tirando, cumpliendo, pero no estaba en la órbita de
la santidad.
Ya entonces entendí lo que pasaba y eso es algo común en muchos cristianos. Los santos esos sí están en órbita.
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