El viernes estuve con un
amigo, estábamos los dos para una
penitencial. Le pregunté por su salud pues sabía había tenido problemas.
Me dijo con toda
claridad que lo habían operado de un cáncer, me lo expklicó un poco, pero que estaba sereno y en la voluntad
de Dios. En realidad mostraba buen
aspecto y no tenía cara triste.
Sigue trabajando mientras puede, como si nada pasara y está
dando un muy buen ejemplo de confianza
en la oración y en la bondad de Dios.
La oración fortalece
en la dificultad. Los mártires eran o son hombres como nosotros e iban al
martirio con alegría, a veces cantando
y muchas cristianas hasta se arreglaban
como novias para ir al encuentro con Dios.
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