Unos amigos dedicamos un día a ver el norte de Portugal por la zona de Orense y pudimos ver con calma dos grandes santuarios, el de Nuestra Señora de la Peneda y el de S. Bento da Porta Aberta.
El recorrido fue por la sierra de Gerez arriba y abajo. Mucha curva y poniendo un poco de paciencia, pero con unos paisajes inefables.
En cuanto a Nuestra Señora de la Peneda, me llamó la atención ese santuario mariano bastante anterior al de Fátima, que está en un lugar aislado y al que se llega por una carretera estrecha y llena de curvas y con una vegetación exuberante, aunque lo alto de las montañas son de grandes bloques de piedra, a veces en equilibrio inestable, al menos eso parece desde lejos.
La imagen de la Virgen de la Peneda es muy pequeña y está enmarcada en un gran retablo, resplandeciente en su dorado.En la iglesia destacan bonitas imágenes de escena de la vida de la Virgen. Llegamos allí a las 12,30, rezamos un misterio del rosario y cantamos una salve. Había gente joven a veces familias enteras que entraban, rezaban un poco y salían.
En torno al santuario nació un bonito pueblo y varios
restaurantes que atienden a los devotos o peregrinos.
Desde allí fuimos a comer en lo alto de un cerro en un comedor lleno de gente de todo tipo.
Luego de la comida fuimos a la Basílica de San Bento da Porta Aberta. Destaca en ese santuario el edifico antiguo y un edificio moderno para grandes peregrinaciones.
Alli estaban celebrado la Santa Misa con buenos altavoces y con mucha participación especialmente con cantos y una comunión numerosa.
Había un buen grupo de gente rezando sin prisas, algunos pasaban a besar al santo en su camarín, se encontraban bastantes jóvenes, y había muchos coches en los alrededores. Por cerca pasa el Camino de Santiago. Hay que recordar que era un día cualquiera un martes, eso sí, de agosto.
Pude acercarme a la oficina de información que era una tienda de poco fuste, y allí tenían propaganda variada y estaba al frente un joven a quien hice una de las preguntas que me gusta hacer en los santuarios: “¿aquí hay milagros?”.
El joven me tomó en serio y me dio unas explicaciones de diversas clases de milagros y también de los milagros interiores , es decir , de conversiones. Me dijo que sí, que había muchos milagros.
La sagrada Familia en la Peneda |
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