Hola a todos los que vais a leer esta pequeña reseña. Soy Harold Lanuza del Seminario Internacional Bidasoa y tengo 24 años; quiero contaros un poco sobre mi diócesis en Nicaragua, que es Granada.
Granada es una diócesis con más de 100 años de vida pastoral, teniendo una de las catedrales más visitadas e imponentes de todo el país; compuesta por tres departamentos: Granada, Rivas y Boaco. Siendo el obispo Monseñor Jorge Solórzano, el cual lleva como pastor de la Iglesia particular 11 años, desplegando en ella un trabajo evangelizador arduo, siguiendo las pautas del Papa sobre la evangelización de la Iglesia en el mundo, cumpliendo así el mandato de Jesucristo: “Id por todo el mundo y anunciad el evangelio…”. Son alrededor de 100 sacerdotes los que vienen en su ayuda y los que siempre se muestran disponibles para la misión que pueda encomendárseles en cualquier parte del continente, como ir de misión a Chile, también, estudios en España o Roma; y los mismos presbíteros que hacen su labor pastoral en las distintas parroquias, tanto urbanas como rurales: todos los días atienden en los sacramentos a las familias que se acercan a la iglesia parroquial o visitan en sus hogares; y en todo mostrando el amor de Cristo, viviendo In Persona Christi en la oración y en la vida ordinaria.
El refuerzo que ofrecen los laicos y las familias a los párrocos da mucha vida y fuerza a las actividades que se llevan a cabo en bien de los fieles, y la población en general. Hombres, mujeres, niños y niñas -adolescentes- y jóvenes ofrecen su servicio a la Iglesia como catequistas, miembros o coordinadores de comunidades y de los distintos ministerios parroquiales; y lo hacen con mucho respeto y entrega sabiendo que sirven a Dios y a sus mismos hermanos parroquianos. Y al admirar su trabajo se les anima a no dejar de caminar en el bien de todos los hijos de Dios y la salvación de las almas.
En estas familias es donde nace y se desarrolla la vocación sacerdotal y religiosa de muchos y muchas jóvenes, así como la aspiración a una vida santa en el matrimonio, como sacramento que eleva la unión de un hombre y una mujer a Dios, que los bendice.Después enriquecen con su vida la vida misma de la Iglesia y la comunidad.
La diócesis cuenta con unos 60 seminaristas, entre menores y mayores; el nombre el seminario mayor es san Pedro Apóstol, que es “el corazón de la diócesis”, y donde se estudian dos etapas de formación intelectual: 4 años de filosofía y 4 de teología más un año de experiencia pastoral, que es aleatoria en el transcurso de los años formativos; el obispo quiere una formación global y ardua de sus futuros sacerdotes y por eso, aprovechando becas para estudiar en facultades de teología internacionales y en donde el estudio sea intenso, envía seminaristas para que estudien en ellas; estamos seminaristas en México y España, entre ellos yo, que os narro la vida de mi diócesis y finalizando os doy un saludo y un Padrenuestro por vuestras vidas y caminar cristiano en María.
Harold
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