Puntos
abordados:
1.
La
devoción de Teresa de Jesús a la Virgen María
2.
Su
experiencia mística de la Virgen
3.
María
modelo y maestra en el camino espiritual de todo creyente
* * *
1. La
devoción de Teresa de Jesús a la Virgen María
Su
madre, doña Beatriz, le inculcó desde niña la devoción a la Virgen. En su casa
se rezaba el rosario todos los días (cfr. Cap. 1 Libro de la Vida)
Teresa
celebra con especial devoción las festividades de Santa María: 15 de agosto, 8
de diciembre, la Sagrada Familia.
Cuando
a los trece años pierde a su madre, se hinca de rodillas ante una imagen de la
Virgen para suplicarle que sea desde entonces su Madre.
Después
de haber rechazado muchas veces las idea de ser monja, cuando tomó la decisión
de serlo se marchó de la casa paterna y entró en un convento de la orden del
Carmelo, cuya patrona es la Virgen.
En
distintos pasajes de su obra, sobre todo de la autobiografía, refiere los
innumerables favores y gracias que le concedió Santa María. Sirva de ejemplo
cómo logró que un sacerdote que llevaba al cuello un amuleto (se lo había dado
una mujer con la que mantenía relaciones y, a pesar de ello, seguía celebrando
la Misa) se lo entregó a ella y esta lo arrojó a un arroyo; a partir de
entonces el sacerdote, que era muy devoto de la festividad de la Inmaculada Concepción, cambió de vida.
Ella se lo atribuye a la Virgen.
Cuando
la hacen regresar como priora al convento de la Encarnación, tras haber fundado
el de San José, el primero reformado, y viendo lo mal aceptada que era por
muchas de las monjas, tomó una imagen de la Virgen y la colocó en la silla de
la priora y les dijo que Ella iba a ser quien gobernara el convento.
Monasterio de la Encarnación |
En el
convento de San José colocó una imagen de la Virgen en una de sus puertas y en
la otra, la de San José, con ambos custodios el Diablo no podía hacer nada en
aquella casa.
2. Su
experiencia mística de la Virgen
Santa
Teresa tuvo la intención de escribir una relación sobre el Ave María, pero no lo consiguió. No se sabe por qué. No obstante,
en su obra está patente que la santa experimentó místicamente todos los
momentos de la Virgen María reflejados en el Evangelio. Algunos de ellos son:
La
pobreza (en la Presentación de Jesús ante Simeón). Experimentó el dolor que
María sintió al oír al anciano Simeón que una espada le iba a traspasar el
corazón.
La
fortaleza y entereza al pie de la cruz viendo a su Hijo sufrir. La Virgen no
sentía su propio dolor porque en aquellos momentos le dolía más el dolor de su
Hijo. Santa Teresa también experimentó un dolor desgarrador en la
transverberación.
En una
ocasión, después de haber comulgado en la iglesia de los Dominicos, donde
tantas veces se había confesado, experimentó algo similar a la Transfiguración
del monte Tabor: vio que la Virgen y San José la recubrían con una vestidura de
un blanco deslumbrante y le colocaban al cuello una cadena de oro con unos
brillantes hermosísimos y oyó una voz que la animaba a seguir adelante con la
fundación.
En otro
momento refiere que oyó del Padre: “Yo te entrego a mi Hijo, al Espíritu Santo
y a la Virgen María. ¿Y tú qué me entregas a cambio?” En esta experiencia,
Santa Teresa relaciona a la Santísima Trinidad con la Virgen. Y nosotros, ¿qué
le podemos entregar a Dios?
3. María
modelo y maestra en el camino espiritual de todo creyente
En el
camino espiritual de todo creyente, camino hacia el interior de las “moradas”
en cuyo centro se halla Dios, María nos lleva de la mano. Ella es nuestro
modelo de santidad, de pobreza, de humildad, de fortaleza, de sufrimiento. Ella
nos concede todas las gracias.
Se
invita a los oyentes no solo a ser devotos de la Virgen sino también a poder
experimentar ese trato tan especial con Nuestra Madre, a compartir con ella
nuestras inquietudes, problemas, dolores, sufrimientos; a pedirle remedio de
nuestros pecados, ayuda, gracias; en fin, que nos lleve a su Hijo.
Unas palabras finales:
El
conferenciante nos recuerda que Santa Teresa se preocupaba por tantas almas (la
de los indios de América, la de los protestantes), hubiera querido ser
misionera… otra Teresa, la de Lisieux, será la patrona de los misioneros.
Teresa quiso ir con su hermano Rodrigo a tierra de moros a morir mártir… otra
carmelita, Edith Stein, murió mártir en un campo de exterminio nazi. Teresa
tuvo esa “revelación” de la Santísima Trinidad acompañada de la Virgen… otra
carmelita, Santa Isabel de la Santísima Trinidad, nos regaló su experiencia de
la inhabitación de la Trinidad.
* * *
Comentario:
El
fraile carmelita resultó muy ameno y cordial. Con frecuencia se dirigía a los
oyentes haciéndonos preguntas sobre la vida y obra de Santa Teresa para
averiguar-comprobar el grado de conocimiento y para, creo yo, implicarnos más
en la charla.
NOTA: Agradezco este resumen, hecho por Raquel Noya Beiroa
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