La madre Teresa de Calcuta, Santa, dice que los mejores
maestros son los niños. Ellos se expresan con preguntas que a veces no son
fáciles de contestar.
Eh aquí algunas:
Una abuela se me acercó a la sacristía con una pregunta que
ella no supo contestar a su nieto, y su propio nieto me la envió. La pregunta
era esta: ¿en el Cielo se envejece?
No es muy difícil de
contestar porque sabemos que allí no corre el tiempo, siempre es un hoy, pero sobre todo porque Dios
nos concede todo aquello que nos hace felices, que nos da gozo y a todos nos da
gozo estar siempre en la juventud. Con eso la abuela quedó satisfecha y espero
que también el niño.
Otra pregunta me la hizo un niño de 6 años en estos días de
la Navidad: ¿por qué se besa la imagen
del Niño Jesús? Yo no veía mucho el problema del niño que preguntaba, o el
por qué de su preocupación. Quizá debí indagar un poco, pero le respondí que las personas
que queremos, hasta una foto se besa como señal de cariño.
Una catequista a la que
quieren mucho los niños también de 5 y 6 años, escuchó esta pregunta, ¿qué quiere decir hacer el amor?, tal vez lo escuho en alguna conversación de mayores,
-la
catequista le pidió 10 minutos de tiempo, en los que se encomendó a María para responder
con delicadeza y con la verdad suficiente para la curiosidad del niño. Así lo
hizo dando una explicación sencilla.
Otra pregunta más peliaguda
se la hizo un niño a un sacerdote: ¿Por
qué Dios no mata al Diablo?, con eso se
acabarían muchos problemas. ¿Cómo responderíamos nosotros?
Supongo que los profesores y los padres oirán todo tipo de preguntas,
que a veces nos ponen en aprietos, pero eso son los niños y su sabiduría.
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