Nuestra querida hormiga está enamorada, quizá por eso no se
cansa de trabajar y anda dando botes de contenta.
Está enamorada de su casa, el hormiguero. Allí hay orden y limpieza. Como
bien es sabido no cuesta dinero, sino dedicación. En el hormiguero hay almacén
para los alimentos, hay una guardería para los bebés. Está todo limpio e
impecable. Luego cada hormiga tiene su sitio y sabe su tarea. Es formidable porque
no necesitan capataz, ni vigilante, ni
pagas extra. Tampoco hay sindicatos y todo rueda según lo previsto.
También está enamorada de su trabajo que en ocasiones es en
equipo. Se ayudan unas a otras, cuando
el peso excede sus fuerzas. Ya se sabe que cuando se trabaja con amor y para ti, ese trabajo no cansa, ni hay motivos
de protesta. Las hormigas tienen la fama
bien ganada de ser trabajadoras. Los zánganos
no trabajan pero también su vida es
corta.
Está, Pireta, enamorada de Dios pues ha querido que existieran,
son obra suya como dice el salmo 3, las
creó con sabiduría y amor, a Él le gusta como son y cómo se comportan.
Pireta sabe que Dios es el Amo y que las mira con cariño. Se alegra cuando los
humanos en nombre suyo, de todas las criaturas, admiran al Creador y le adoran y que no sólo le aman a Él sino también a todas
sus obras. A un artista le gusta que sintamos admiración por sus creaciones.
También envidia a los hombres porque pueden hablar con Dios
y porque les prometió que un día le verán cara a acara. Y eso es muy grande.
Esta especie de hormigas (hay 6000 especies) es especial,
apenas les afectó el pecado de Adán y se
conservan como recién creadas por Dios-Creador. Se llevan bien entre ellas, se ayudan y no hay
discusiones. Se protegen en el peligro y defienden la casa.
No así otras. Las hay
asesinas que arrasan lo que encuentran y las hay que roban las despensas de
otras.
El desorden de Adan
les ha afectado a muchas, pero vendrá un momento en que todo quedará renovado
para bien. Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario