Un pequeño grupo de niños hizo su primera Comunión el 26/VI/21 en la parroquia de S. Juan Apóstol: Antonio, Guill, Catalina y Carlos.
Cada uno ocupó un banco de la iglesia, el primero de cada fila, con los familiares más cercanos al lado, y, detrás, los demás invitados. Estaba la iglesia bastante llena y muy bien adornada.
El párroco dio la bienvenida a todos y especialmente a los niños que fueron siguiendo la misa con amor. Ya al principio de la Misa, el sacerdote les dijo que amar la Misa es amar a Jesucristo.
La homilía fue sobre la fe que es el fundamento de los demás bienes: la esperanza y la caridad. Es como la raíz de un árbol que si la pierde, el árbol se muere, y ya no da fruto. Así la Fe. Pidamos” Auméntanos la fe”.
También comentó el Evangelio de la resurrección de la hija de Jairo diciendo que Dios nos habla a través de la Palabra y que espera nuestra respuesta. Y fue desgranando las posibles respuestas.
Al comienzo del ofertorio los niños hicieron una procesión con las ofrendas, guiados por un seminarista de Filipìnas, que ayudaba en la Misa.
Una niña llevó un cestito de flores, símbolo de delicadeza y de amor a Dios. Un niño llevó un balón, que simboliza la alegría de servir y el espíritu de lucha por mejorar. Otro llevó la Biblia, que es la guía segura para el cristiano y que hay que leer con frecuencia, y, por último, otro llevó un catecismo que nos habla de de la necesidad de la formación porque nos ayuda a amar a Dios.
Al final de la Misa nos pusimos para la foto, los 4 niños y los ministros del altar: el sacerdote y los dos seminaristas ayudantes que están trabajando en la parroquia: Rover de Filipinas y Serapión de Tanzania.
Es bueno que los niños sigan comulgando en las misas de domingo, como hizo alguno de ellos al día siguiente de la primera comunión que fue domingo.
Como dice la Madre Teresa de Calcuta:
¡ Jesús no se equivoca nunca!
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