En la mañana del día 12-III-2014, recibí dos sms anunciando la muerte de D. José Manuel Piñeiro
Arca; Senel, para los amigos. Los sms eran complementarios. Uno daba los datos
del velatorio, funeral y entierro y otro decía escuetamente: Senel , pasó al Padre.
Yo estaba rezando un rosario matutino y ya lo ofrecí por el compañero
y amigo. La Virgen es una magnífica recomendación tanto aquí, como en el más
allá.
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Senel, con el alba bajo el brazo, en Corozain |
Conocí a Senel de cerca cuando el Camino Neocatecumenal comenzó
en San Cayetano. Él venía , desde Valga, a atender las comunidades en las misas
de los sábados e incluso en la Semana Santa, después de sus oficios. Yo asistía
para aprender y para disfrutar de los cantos que me gustaban mucho. Senel se
manejaba muy bien, incluso hacía el canto de la plegaria Eucarística que, a mí, se me resiste todavía.
Sus predicaciones eran sinceras, apasionadas y exigentes. Había
un algo de “riña”, aunque esa no sea la palabra que mejor lo exprese. Pasado el
tiempo oí una interpretación de que la hacía así porque se lo habían indicado los
catequistas del Camino y él , obedecía. Pero desde luego despertaba a los
dormidos y con sus gritos ha ayudado a muchos y sé que le están agradecidos.
Luego cogí yo el relevo y ya lo veía en contadas ocasiones. Esos
encuentros estaban llenos de alegría, buen humor y amistad sincera.
Llevaba varios años con la enfermedad y, aunque era grave,
nunca mostró inquietud y no hablaba de esto a no ser que le preguntáramos. Se
le veía dispuesto a ir con alegría a la Casa del Padre cuando fuera llamado. Atendió
a su trabajo hasta el último momento con dedicación.
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Iglesia de Valga |
Dedicaba tiempo al Camino, pero como todo párroco estuvo
abierto y cuidó a la gran Comunidad en la que entramos todos aunque seamos de
alguna de las muchas tribus que hay en la Iglesia.
La Misa fue en la iglesia de Valga, su parroquia, y fue
presidida por el Vicario de Pastoral D. José Antonio Seoane. Fue concelebrada por
unos 70 sacerdotes, de ellos bastantes eran compañeros suyos. El salmo lo comentó
y cantó un joven del Camino y el canto varonil
de tantos sacerdotes impresionó a muchos fieles hasta la emoción.
No faltó algún rostro con visos de preocupación por la escasez
de sacerdotes que ya se nota mucho. No cabe duda de que todos hemos de
importunar al Señor para que no quedemos sin pastores. Señor danos muchos y
santos sacerdotes.
Víctor M. Sánchez Lado
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