Con motivo del octavario de oración por la unidad de los cristianos me he acordado de una visita que hice a Tierra Santa y en concreto al santo sepulcro. Allí me encontré con un sacerdote ortodoxo que ponía un poco de orden en la visita que hacían los devotos al sepulcro del Señor. Hablé con él y luego le pedí que sacáramos una foto juntos, a lo que accedió con gusto. Me quedó la conciencia de que era mi aportación, pequeña, a la causa del ecumenismo.
Para ver la importancia del octavario basta saber que Dios quiere la unidad en sus seguidores y que además esa unidad va a influir para que los demás crean.
Como otros años nos han enviado unos buenos subsidios para este octavario, que dan doctrina y animan a la oración y por tanto a la acción. La oración, si está bien hecha, nos pone en movimiento. En la oración estamos con Jesús,, que es el centro, y ,con Él, vamos bien hacia la unidad deseada.
Hasta ahora, en mi parroquia, nos limitamos a recordar el octavario, a hacer como predicación alguna de las meditaciones que nos enviaron y encomendar todo a la Ss. Virgen y, en este año, a San José.
Pero falta la acción, ¿qué hacer?
Se me ocurre que podríamos escribir alguna carta o algún mensaje a los principales responsables de las distintas confesiones cristianas, desde luego con afecto y desde el corazón. El amor ha de ser nuestro distintivo, es el retrato de un hijo de Dios y el DNI para entrar en el cielo, porque así reflejamos el rostro de Cristo.
También podría hacerse alguna exposición sobre esta materia. A lo mejor ya la hay, pero creo que el conocimiento mutuo ayuda a la comprensión y a ver otros puntos de vista. Hace años hice en la parroquia una exposición sobre la Biblia a la que vinieron diversos grupos de evangélicos. Entre otras biblias teníamos la biblia de Lutero, una de las primeras traducidas a la lengua vernácula.
biblia de Lutero |
Creo que se está haciendo con interés las celebraciones ecuménicas en distintas ciudades a veces con la asistencia de responsables de otras confesiones cristianas y que intervienen en las celebraciones.
La tarea no se presenta fácil, por eso hay que encomendarse al Espíritu Santo y seguir prontamente sus inspiraciones.
Nos dice nuestro Sr. Arzobispo en una carta sobre el octavario de oración que no ahorremos esfuerzo por nuestra parte para colaborar en la unión de los cristianos con la oración y con nuestro testimonio cristiano.
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