La cuaresma comenzó en la Casa Sacerdotal con una nueva visita de Mons. Francisco José Prieto. No podemos quejarnos, pues cumple puntualmente su promesa de venir a vernos cada mes.
Tuvimos una Misa con la imposición de la ceniza; estábamos la mayoría de los sacerdotes de la Residencia.
Hubo la bendición de la ceniza y la imposición personal con la fórmula: “convertíos y creed al Evangelio.”
Le acompañaban en el altar el Director de la casa D. Ricardo Viqueira y D. Enrique Redondo. La lectura la hicieron D. Pedro Montaña y D. Luis Alfredo.
La homilía fue breve y contundente. Estamos bajo la mirada de Dios que mira nuestro interior y no se asusta de nosotros, decía el Sr. Obispo. Comenzamos un recorrido especial hacia la Pascua y Jesús se hace compañero del camino. Deja en nosotros la semilla de la reconciliación y nos invita a volver a Dios que nos aguarda como lo hacía el Padre del hijo pródigo.
Vamos a ponernos en camino, terminó diciendo Mons. Francisco José.
Después de la S. Misa, tuvo lugar el desayuno en un ambiente de fraternidad y de alegría. La Casa Sacerdotal es una bendición de Dios para los sacerdotes que allí se encuentran. El ambiente es cordial y se nota el afán de servir y ayudar al que lo necesita.
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