El 25 de marzo celebramos la solemnidad de la Anunciación, es decir, ese maravilloso episodio de la Biblia en la que el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser madre del Hijo de Dios, y ella aceptó humildemente. De hecho, María dijo que sí e hizo posible la salvación del mundo.
Tengamos en cuenta que el “sí” de María es un “sí” de confianza, acogimiento y aceptación hacia lo que estaba por venir. ¡Que hermoso es este "sí"!, ¿cierto?. A propósito, ¿alguna vez te has preguntado en qué se fundamentó esta hermosa decisión?. Descubre los pilares del “sí” de la Virgen a continuación:
Libertad: un verdadero "sí" es un "sí" libre y sin restricciones. De hecho, esto es precisamente lo que el sacerdote pregunta a los novios antes de recibir el intercambio de sus consentimientos: “¿Han venido aquí a contraer matrimonio por su libre y plena voluntad sin que nada ni nadie los presione?”. Por cierto, esta es una pregunta que también podemos hacernos antes de tomar cualquier decisión: no dudemos en pedir al Espíritu Santo que nos ayude a discernir esas limitaciones (como miedos, prejuicios, falsas creencias...) que impiden nuestra libertad y pueden alterar nuestras respuestas.
Compromiso: cuando María decidió acoger al hijo de Dios, también aceptó todo lo que esto conllevaba, es decir, no solo la salvación del mundo, sino también las pruebas para ella y para José. Sin embargo, notemos que María no puso ninguna condición, ni tampoco se echó atrás ante la primera dificultad, por el contrario, dijo que sí, y ¡eso bastó!. Antes de dar una respuesta, te invitamos a apropiarte de estas palabras que Jesús pronunció durante el Sermón del Monte: “Cuando ustedes digan «sí», que sea sí, y cuando digan «no», que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno” (Mateo 5:37).
Perfecto abandono a Dios: María se entregó al amor de Dios totalmente y confió incondicionalmente en la voluntad del Padre. Sabemos que no es posible controlarlo todo o conocer todas las consecuencias de cada una de nuestras decisiones, sin embargo, tengamos presente que un "sí" constituye un acto de fe y recordemos lo que nos dice el apóstol Pablo, “Ahora bien, la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven.” (Hebreos 11:1)
Te invitamos a confiar nuestros próximos "Sí" a María para que sean auténticos, llenos de confianza y entusiasmo, de modo que podamos irradiar el amor de Dios a través de cada decisión que tomemos.
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